Aarre Marikanto estudió música primero en Helsinki con Erkki Melartin (1911) y de 1912 a 1914 con Max Reger en el conservatorio de Leipzig. Reger le dio el sobrenombre de Meister Quinte, debido a la defensa que Merikanto hacía del uso de las quintas paralelas, sin embargo tenía a Merikanto en alta estima y con su ayuda obtuvo uno de los dos premios de composición en 1914. En el invierno de 1915 Merikanto se trasladó a Moscú donde por espacio de cuatro meses estudió con Sergei Vasilenko. En 1937 fue nombrado profesor de Teoría y Composición en la Academia Sibelius de Helsinki. En 1951 obtuvo la cátedra de composición en la misma institución.
Entre sus alumnos figuran Einojuhani Rautavaara y Aulis Sallinen. En los años veinte, Merikanto desarrolló un estilo radical de vena expresionista con una instrumentación muy colorística y que en parte recuerda a la de Scriabin o Szymanowski. Varias obras de este periodo no encontraron el favor del público. Con el paso del tiempo su estilo se volvió más romántico y muchas de sus composiciones fueron estrenadas solo después de su muerte.
Al mismo tiempo, Leevi Madetoja (1887–1947) está considerado el compositor romántico finlandés más importante de la era post-Sibelius, aportando a sus obras una tendencia romántica más clásica. Su idioma combina el trato melancólico asociado a los fineses con el refinamiento de los compositores franceses. Entre sus partituras más importantes hay tres sinfonías y dos óperas.
Madetoja se dio a conocer ante el público finlandés con un concierto realizado en Helsinki en septiembre de 1910. Entonces habían pasado cuatro años de estudios en Helsinki, de los cuales los dos últimos fueron bajo la guía de Sibelius, de quien fue el más importante de los pocos alumnos de composición y aunque revela cierta influencia de su maestro, logró crear un estilo totalmente propio.
Poco después de su debut, Madetoja viajó a París, con la intención de estudiar con D’Indy, lo que no se llevó a cabo, aunque probó estímulos en la vida musical de la capital. Años más tarde retornaría a Francia y pasaría varios periodos sintiéndose como en su segunda casa. En el otoño de 1911 viajó a Viena y pasó el otoño estudiando con Robert Fuchs, antiguo profesor de Sibelius, pero nunca desarrolló una atracción similar por Viena a la que tenía por París.
Aunque su temprana producción incluyó varias obras vocales y algunas de cámara, Madetoja se centró en la música orquestal durante la segunda década del siglo. Una obra importante fue la Suite Sinfónica de 1910. Otras partituras tempranas fueron la Obertura de Concierto de 1911, Tanssinäky de 1911 y Kullervo de 1913, una obra de gran trasfondo que reflejaba la influencia de Tchaikovsky y la única de Madetoja sobre un tema del mito nacional del Kalevala. Esas tres creaciones datan de sus años de estudiante.
Las sinfonías primera (1916) y segunda (1918) fueron seguidas por el mayor triunfo en la carrera de Madetoja, la ópera Pohjalaisia [Los ostrobotnios, 1923], estrenada en Helsinki en octubre de 1924. Esta creación fue considerada de inmediato como la ópera nacional finlandesa, y tanto por sus motivos como en el empleo de melodías folclóricas, es una de las más nacionalistas del autor. Con un infalible sentido del drama musical, la ópera logra combinar exitosamente elementos de comedia y de tragedia dentro de una entidad convincente.
Otra obra magistral fue la tercera sinfonía (1926), menos dramática y expansiva que la segunda, aunque mucho más refinada y posee un mayor significado interior. Lo mismo puede decirse de la Obertura para una Comedia de 1923 y la música para la pantomima Okon Fuoko de 1927 basada en un tema japonés. Aunque no se le considera como una obra escénica exitosa, su suite orquestal es vista como una de las más finas e inusuales de Madetoja al inscribirse en las tendencias neoclásicas de la época.
Una de las últimas creaciones importantes de Madetoja fue su segunda ópera, Juha (1934), más refinada y coherente que Los Ostrobotnios, aún cuando no emplea melodías folclóricas. Después, su fuerza creativa comenzó a decrecer. En los años treinta pasó largo tiempo trabajando en una cuarta sinfonía, partitura que perdió en 1938 y no tuvo la capacidad para volver a escribirla.
Junto a sus obras orquestales y óperas, Madetoja produjo muchas y quizá las más finas obras corales dentro de la música coral finlandesa. Este ámbito estuvo marcado por la misma riqueza de armonía que su música orquestal. Madetoja también escribió canciones como el ciclo Syksy (1930). También tiene algunas obras instrumentales como la suite para piano El Jardín de la Muerte (1918-19) y la Suite Lírica para cello y piano de 1922.
Bibliografía:
Hako, Pekka. “La ópera finlandesa”. En Finfo. Ministerio de Asuntos Exteriores. Departamento de Prensa y Cultura. Helsinki, 2004.
Hilila, Ruth-Esther y Blanchard Hong. Bárbara. Historical Dictionary of the Music and Musicians of Finland. Greenwood, 1997.
Korhonen, Kimo (2000). www.musicfinland.fi
Foto: Estormiz