En el oeste de la ciudad de Caracas se encuentra la “Urbanización 23 de Enero”, parroquia del municipio Libertador desde 1966, que tiene su origen en un proyecto de Unidad Habitacional del Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO), promovido en la segunda mitad de la década de los años cincuenta, durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez y que pretendía convertir a Caracas en ciudad pionera de la Modernidad en el ideario latinoamericano.
Precisamente, en su origen recibió el nombre de “Urbanización 2 de diciembre”, fecha conmemorativa del ascenso a la presidencia de la República por parte del citado mandatario, aunque su nombre actual obedece a la fecha que conmemora el derrocamiento de la dictadura, el 23 de enero de 1958.
El proyecto de la Unidad Habitacional adopta los principios del CIAM que definieron el urbanismo moderno, del que el arquitecto Carlos Raúl Villanueva se convirtió en uno de sus adalides en Venezuela, con un grupo de jóvenes colaboradores –Carlos Brando, Guido Bermúdez, José Manuel Mijares y José Hoffman–, que se inspiraron en las fuentes de la Unidad Habitacional de Marsella de Le Corbusier, los proyectos de otros arquitectos europeos y la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco de Ciudad de México.
Para acometer la construcción de la “Urbanización 23 de Enero” fue preciso demoler siete barrios –Monte Piedad, La Palestina, San José, Colombia, San Luis, Puerto Rico y Las Canarias– y las obras de edificación se acometieron entre 1955 y 1957. Se trataba de atender, como señala María Teresa Novoa de Padrón, el fenómeno masivo del desplazamiento de habitantes del campo a la ciudad, atraídos por las oportunidades que generaba la capital del país y que no todos consiguieron su vivienda y el ansiado bienestar a corto plazo, una mayoría conformaría una tipología típica de Caracas y de otras ciudades del país y de Latinoamérica, como son los ranchos.
La Unidad Habitacional consta de 38 bloques de 150, 300 y 450 apartamentos de 15 pisos que miden entre 50 y 150 m de largo y 42 bloques pequeños, suman 9.176 apartamentos y tienen capacidad para alojar a unas 60.000 personas. Los apartamentos oscilan entre 70 m2 de una sola habitación y 180 m2 de hasta cuatro habitaciones. El conjunto se completa con 25 edificios de locales comerciales, cinco escuelas primarias, ocho guarderías, 17 jardines de infancia, dos centros cívicos, áreas recreativas, productivas y estacionamientos.
Cuando se produjo la caída de Marcos Pérez Jiménez, los apartamentos no estaban adjudicados, por lo que más de cuatro mil fueron invadidos y comienza así la historia rebelde y combativa que caracteriza a este enclave. Las áreas verdes fueron pobladas por nuevas barriadas pobres que forman parte de la “Urbanización propio “23 de Enero” y han disparado la demografía de la zona.
Una curiosidad es que el bloque 8 se construyó en Colombia, donado por el presidente de la República, Marcos Pérez Jiménez, tras la explosión de Cali ocurrida el 7 de agosto de 1957, que arrojó un doloroso saldo de cuatro mil muertos y 1.200 heridos. El citado bloque recibe el nombre de “Unidad Residencial República de Venezuela”.
El conjunto de la “Urbanización 23 de Enero” está atravesado por un recorrido sinuoso, en el que se potenciaron las diferencias de nivel topográfico a favor del paisaje, con el trazado de terrazas a modo de balcones sobre Catia y Propatria, desde donde puede verse parte importante de la Parroquia Sucre con una panorámica hacia la zona occidental del Ávila.
Referencias
aporrea.org
guiaccs.com
Novoa de Padrón, María Teresa. “La Urbanización 23 de enero: sueños rotos” (recurso disponible en red: elnacional.com, 23 de enero de 2020).
Fotos: guiaccs.com