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Lorenzo Morata

Lorenzo Morata Socías (1949-2023) ha sido uno de los capitanes mallorquines más relevantes de la historia de Trasmediterránea. Amable por excelencia, buen profesional y mejor persona, dejó la compañía relativamente pronto, cuando obtuvo plaza de práctico, primero en el puerto de Mahón y desde 1992 en el puerto de Palma.

Buen conversador, extrovertido y ponderado, mantuvimos siempre un entente cordial y hemos de agradecerle una vez más, como ya lo hicimos en su momento, al igual que a Juan Vera Quiñones, su excelente predisposición para ayudarnos en el trabajo de campo del libro del centenario de Trasmediterránea.

Estudió Náutica en la Escuela Oficial de Barcelona y después de su paso por Elcano y ENNSA, el grueso de su vida profesional transcurrió en Compañía Trasmediterránea, navegando en una primera etapa en los buques “Plus Ultra”, “Ciudad de Valencia” (1º), “Ciudad de Alicante” (1º), “Ciudad de Burgos” (1º), hasta que llegaron los “canguros”, donde vivió algunas experiencias singulares e inolvidables.

Recordamos, por ejemplo, las cartas que dejó Francesc Pigrau para su mujer, la recordaba actriz Mary Santpere, antes de poner fin a su vida en julio de 1987 lanzándose por la borda del ferry “Ciudad de Badajoz” o el serio incidente vivido en la noche del 30 al 31 de octubre de 1984, cuando estando al mando del ferry “Ciudad de Salamanca”, cinco reclusos redujeron a sus guardias, retuvieron a varios tripulantes y Lorenzo Morata se hizo cargo de la situación y se ofreció como rehén.

Aquella situación tuvo final feliz, pero pudo no haber sido así, pues uno de los reclusos le puso la metralleta en la sien y empezó a golpearlo y zarandearlo, dudando que fuera el capitán, pues entonces Lorenzo Morata contaba 35 años. Abandonaron el barco en un coche Simca 1200 conducido por el capitán y tres reclusos –uno se había rendido y otro intentó camuflarse entre el pasaje– hasta que en un atasco en la Rambla, accedieron a bajarse del coche “y en una décima de segundo” detuvieron a los tres reclusos y la policía se abalanzó sobre Lorenzo Morata para protegerle.

Luego vino su etapa de práctico de puerto, en dos etapas. Una primera en Mahón y una segunda en Palma, hasta que llegó el momento de la jubilación. Coincidió con el boom de los cruceros de turismo, para los que Mallorca tiene un atractivo especial y con un desarrollo notable del tráfico marítimo de la capital mallorquina. 

Disfrutamos de magníficas charlas sobre temas de Trasmediterránea y disfrutamos a la par de su presencia y vivencias en el extraordinario acto conmemorativo del Centenario de Trasmediterránea celebrado en 2017 en la sede de la Cámara de Comercio de Palma, en el casco antiguo de la ciudad.

Ahora recibimos la noticia siempre triste de su partida, de su última singladura en esta vida terrenal. A nosotros nos queda la satisfacción inmensa de haberle conocido y mantenido una relación muy cordial y productiva. Ahí está el capitán Antoni Mercant Morató, que entonces era el delegado de Trasmediterránea en Palma, para atestiguar cuanto decimos.

Descanse en paz y que la tierra le sea leve.

Foto: Biblioteca Marítima Menorquina

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