Montaña Rajada casi no se ve. Ya no queda casi nada de ella. En su cima este se encendía la hoguera más grande en vísperas de la fiesta de La Patrona: personas de Alcalá subían con sarmientos, asaban piñas y hacían sonar los bucios que retumbaban en Las Manchas. La Cueva del Andén, en uno de los picos, con acceso angosto en la vertical de la montaña servía para que los niños de ciertas épocas lleváramos la merienda en las tardes sin escuela. La Montaña de Capa de Burro estaba junto a ella, también con su pequeña cueva.
La montaña Capa de Burro desapareció por completo y Alcalá también: todas sus casas, fincas, granjas y esperanzas. La Montaña Rajada aguanta. Ya no habrá nunca más hogueras de la Patrona ni meriendas en su Cueva del Andén.
Foto: Primitivo Roberto Jerónimo Pérez