El descuento de residente del 75% se ha convertido en un pingüe negocio para las aerolíneas españolas que atienden las líneas regulares de Canarias y Baleares. Desde hace unos días estamos escuchando voces que alertan de la descarada subida de precios y para muestra un botón. Para un vuelo Tenerife Norte-Sevilla-Tenerife Norte, salida el 31 de octubre y regreso el 4 de noviembre, el precio total es de 615,98 euros y aplicado el descuento, queda en 167,75 euros. Un abuso en toda regla. Un abuso entre tantos abusos permitidos.
No tiene nada de extraño, en consecuencia, que Nueva Canarias, a cuya estrategia política se debe la aplicación del 75% y la consejera de Políticas Sociales, Empleo y Vivienda del Gobierno de Canarias, Cristina Valido, viendo que el asunto se está yendo de las manos, hayan pedido al Ministerio de Fomento que intervenga y tome decisiones ante las evidencias ciertas y demostradas. Es deseable que el ministro Ábalo, que ha demostrado carácter y contundencia, tome cartas en el asunto a la mayor brevedad posible.
De manera sea que lejos de beneficiar a la ciudadanía que reside en la periferia del país, el descuento sirve para que las aerolíneas hagan caja a raudales a costa de la necesidad de viajar de quienes viven en los territorios insulares. Un vuelo de dos horas cuesta tanto como un vuelo trasatlántico o al norte de Europa y es más caro que un vuelo desde Canarias a Londres, por citar solo un ejemplo. Tomen nota los responsables para atajar este nuevo timo, que está chupando de las arcas públicas.
Foto: captura de pantalla Vueling