La voz profunda del bajo de ópera finlandés Matti Salminen

Matti Salminen (Turku, 1945) está considerado uno de los mejores bajos del mundo. A su figura y altura imponente se une una voz con una voz profunda, cavernosa, solemne y en ocasiones oscura. Posee un don especial para interpretar personajes amenazantes, un registro superior expansivo y un rostro muy expresivo, cuya virtud y preparación ha puesto de manifiesto en las óperas de Richard Wagner, aunque quizás nos haya impresionado más en su papel de Sarastro en las ocasiones en que le hemos visto cantar en “La flauta mágica” de Mozart.
Estando en la escuela primaria de su histórica ciudad natal, donde cantaba en el coro de niños, su maestro advirtió su talento y lo encauzó adecuadamente en la Finlandia de la dura posguerra con la URSS y concluyó con honores sus estudios en la Academia de Música Sibelius, de Helsinki. Por el medio hubo una época en la que cantaba tangos con clubes nocturnos de su ciudad natal y en 1962 interpretaba papeles importantes en actuaciones de aficionados y en 1967 formaba parte del Coro de la Ópera Nacional de Finlandia.
Una beca en tiempos del presidente Kekkonen le permitió a Matti Salminen estudiar con Luigi Ricci en Roma y, durante ese período, aprendió todos los papeles dramáticos importantes para la voz del bajo. En consecuencia, cuando repentinamente lo llamaron para reemplazar a un colega enfermo como el Rey Felipe en “Don Carlo”, estaba listo para el papel y disfrutó de un éxito tan rotundo que pronto estaba cantando todos los papeles de bajo principales en el repertorio de la Ópera de Finlandia.
De alguna manera, Matti Salminen sigue la senda de sus antecesores Gottlob Frick, Martti Talvela y Kurt Moll y ha cantado todos los papeles para bajo del repertorio de Richard Wagner, del que es un consumado y excelente intérprete, desde el Festival de Savolinna en 1975 y su debut un año después en el Festival de Bayreuth con “El anillo de los Nibelungos”.
Retirado de la escena desde diciembre de 2016, en que ofreció un concierto de despedida en la Ópera de Zurich, Matti Salminen ha tenido una carrera muy provechosa, en la que ha cantado con frecuencia en su país natal, la bella Finlandia, donde suscita grandes emociones. En su dilatado y fructífero historial ha actuado en los más importantes teatros de ópera del mundo, como el Metropolitan, Covent Garden, La Scala, Liceo de Barcelona, Teatro Real de Madrid, Teatro Colón de Buenos Aires y otros destacados de París, Berlín y Hamburgo.
De su trayectoria hemos de mencionar su papel de Titurel en “Parfisal”, que interpretó durante las diez temporadas en que se representó esta obra entre 1976 y 1987. En “El holandés errante” recreó a Daland entre 1978 y 1985; el rey Marke de “Tristán e Isolda” (1981-1983 y 1986-1987); Pogner, en “Los maestros cantores de Nuremberg” y Landgrave Hermann en “Tannhäuser” (1985).
Fuera del repertorio wagneriano destacan sus papeles como Felipe II en “Don Carlo” de Verdi; Sarastro en “La flauta mágica”, a la que ya nos hemos referido y el Comendador en “Don Giovanni”, también de Mozart y Boris, en “Boris Gudonov”, de Musorgski. Asimismo, ha tenido actuaciones muy destacadas en óperas finlandesas, como “The horseman”, de Aulis Sallinen y “Rasputin”, de Einojuhani Rautavaara y el famoso y prestigioso Festival de Savolinna.
Foto: Matti Salminen official
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