A la historia de la desaparecida CAMPSA pertenece el petrolero “Campoverde”, primero de una serie de cuatro buques conocidos como los “colores” por los nombres que ostentaron. Los tres restantes recibieron los nombres de “Camponegro”, “Campoblanco” y “Campogrís”. El buque “Camporrojo” es de una serie posterior y se diferenciaba de éstos, además de tonelaje algo mayor, en que la chimenea era de bombín y no recortada y en ligera caída como la de nuestro protagonista.
En junio de 1984, cuando tuvimos ocasión de visitarlo en una de sus escalas en el puerto de Santa Cruz de Tenerife –capitán, Manuel Martín González– era el más veterano de la flota de altura de CAMPSA, pues los buques “Camprovín” y “Campoo”, que eran algo más viejos, estaban dedicados al oficio de “bunker ship” en la bahía de Algeciras, mientras que el histórico “Campaláns” –al que tuvimos ocasión de visitar en el verano de 1985– cumplía con la misma función en el puerto de Vigo.
En el segundo semestre de 1984, el petrolero “Campoverde” estuvo fletado por CEPSA y DISA para sustituir temporalmente a los petroleros “Monteleón” y “Mencey”, que se encontraban inoperativos debido a sendos accidentes registrados en los puertos de Pasajes y Santa Cruz de Tenerife. En el puerto tinerfeño cargó para Melenara, Las Palmas y Lanzarote, abasteciendo así a las respectivas factorías. Tras cumplir con el flete cargó completo para Ceuta, siendo despachado por el agente consignatario Oscar Molowny, persona de grato recuerdo.[1].
Adjudicado mediante orden ministerial de 18 de mayo de 1954, la construcción número 80 del astillero de la Sociedad Española de Construcción Naval, en Sestao (Vizcaya), resbaló por la grada el 30 de noviembre de 1956, en ceremonia que amadrinó la señora Teresa Zubiría de Churruca, esposa del presidente del consejo de administración de CAMPSA.[2] El coste total ascendió a 140,2 millones de pesetas y fue el más barato de los cuatro buques de la serie.
A finales de marzo de 1958 realizó satisfactoriamente las pruebas de mar y el 3 de abril siguiente zarpó de Bilbao en su primer viaje comercial a Santa Cruz de Tenerife, donde cargó completo de gasolina con destino a Santander. Venía, entonces, bajo el mando del capitán Isidoro Loyola Aspiazún y Antonio Olmedo fue su primer jefe de máquinas. Como ayudas a la navegación disponía de radar y radiogoniómetro y se gobernaba a mano.
A lo largo de su vida marinera cabe citar dos acaecimientos importantes. Ambos sucedieron en el año 1964. En la noche del 29 al 30 de abril, en viaje de Bilbao a Ferrol, desapareció el primer maquinista, Manuel Neiro, cuyo cadáver apareció días después a la altura de Gijón, donde fue rescatado por unos pescadores. En ese mismo año, navegando de Valencia a Houston (EE.UU.), un tripulante se puso gravemente enfermo y el barco tuvo que entrar de arribada forzosa en Sao Miguel de Azores, después de retroceder unas 430 millas. A su llegada quedó hospitalizado y pasados unos días se repuso de su dolencia.
A bordo, además, un hecho curioso relacionado con su tripulación. Desde su puesta en servicio y hasta 1984, al menos, dos tripulantes habían navegado siempre en él. El primero, sin excepción, el electricista Julián Martínez, que fue uno de los que “lo sacó de astillero”. Y el segundo, aunque con una campaña en otro barco, el mayordomo Joseba Arrizabalaga.
Inmersa la antigua Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleo (CAMPSA) en su proceso de reconversión en la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), se produjo un excedente de flota que, por su excelente nivel de mantenimiento, encontró compradores con rapidez. En mayo de 1991 el buque “Campoverde” fue vendido, abanderado en Malta y rebautizado “Finix II”. Su vida marinera se prolongaría hasta 1995, en que fue desguazado.
De 6.638 toneladas brutas, 4.281 toneladas netas y 9.398 toneladas de peso muerto, medía 138,99 m de eslora total -130,23 m de eslora entre perpendiculares-, 17,33 m de manga, 9,83 de puntal y 7,76 m de calado máximo. Podía cargar 12.459 metros cúbicos y estaba propulsado por un motor Burmeister & Wain 7-62VTF-115, dos tiempos, siete cilindros, de 3.500 caballos de potencia sobre un eje, en las pruebas de mar alcanzó una velocidad de 13,5 nudos, aunque mantenía 12 nudos de velocidad de crucero. Código IMO 5059628.
Foto: José María Casanova Colorado (spanishshipping.com)
Notas
[1] Díaz Lorenzo, Juan Carlos. “El petrolero Campoverde abasteció a las factorías insulares de CEPSA y DISA”. En Diario de Avisos, 21 de junio de 1984.
[2] ABC, 1 de diciembre de 1956.