El origen de este buque, llamado en origen “Escorpión”, resulta muy similar al que hemos descrito en su gemelo “Libra”. Fue contratado por Naviera del Zodiaco, empresa del grupo PROMA, con el astillero Corcho e Hijos, Santander, de cuya factoría era la construcción número 79. El primer bloque de su quilla fue puesto en grada el 20 de noviembre de 1958 y el 22 de junio de 1959 se procedió a su botadura con el ceremonial acostumbrado. Después de su fase de armamento a flote y pruebas de mar, el 5 de noviembre del citado año se procedió a su entrega oficial.
A partir de 1961 estuvo fletado por Naviera Lagos y realizó la línea frutera entre los puertos de Casablanca, Marsella y Nantes, así como otros viajes con cargas de cemento para Argelia y tablones de madera desde puertos del Báltico. En 1967 fue adquirido en propiedad por Naviera Lagos y transformado en frigorífico en los Talleres Nuevo Vulcano, Barcelona, siendo renombrado “Lago Negro” y a partir de entonces, en unión de su gemelo “Lago Ercina”, realizó viajes con fletes de cargas congeladas.
En agosto de 1970, cuando se encontraba en el puerto de Santos, Brasil, fue abordado por el buque argentino “Mar Dulce”, ocasionándole desperfectos de importancia. Unas semanas después, fondeado en Dover, fue golpeado dos veces en la proa por un ferry británico que tenía problemas en la máquina y, pese a la aparatosidad de los golpes, los daños fueron declarados de menor cuantía.
Las instalaciones frigoríficas de estos buques eran excelentes para su época, pero tuvieron frecuentes problemas con los motores auxiliares. Podían alcanzar temperaturas de -30ºC, aun cuando no resultaba aconsejable bajar de los -25ºC, ya que al tratarse de un buque transformado cabía la posibilidad de algún fallo en los aislamientos.
De los problemas que daban los motores auxiliares de este buque existe una anécdota que bien merece ser reseñada. En 1972, y fletado por FRUCASA, el buque “Lago Negro” se encontraba en el puerto de Las Palmas preparado para viajar a Italia con un cargamento completo de atún congelado, se sucedieron varias averías. Todavía en puerto se procedió a reparar a toda prisa el motor que se pensaba que estaba averiado para hacer posible la salida y en el transcurso del viaje reparar los restantes, pero la falta de ejes de cigüeñales hizo tomar la determinación de buscar ayuda exterior y no fue otra que la instalación, debajo del bote de la banda de estribor, de un camión sin cabina y sin caja, pero con todos los demás elementos, sirviendo el motor para accionar un alternador que se había montado sobre el chasis y que estaba conectado a un compresor de frío para mantener la carga congelada.[1]
La solución resultó ocurrente, pues había que estar pendiente del radiador y el tanque de combustible, suministrándole cubos de agua y gasoil. Además, surgió un problema con el ventilador del radiador y hubo que hacer uno artesanal en el taller de a bordo, ya que, por falta de equilibrado, de vez en cuando salía disparada alguna de las paletas. Con todas estas dificultades, el buque “Lago Negro” entregó su carga en perfectas condiciones y poco después le serían instalados auxiliares nuevos.
En julio de 1973 cargó en el puerto de Sevilla completo de arroz para Guinea Bissau –que en aquellas fechas estaba en lucha por su independencia– y luego continuaría viaje a Walvis Bay para retornar con un cargamento de pescado congelado, pero tuvo que desviarse a Mossamedes para cargar pertrechos, redes y otro material de su desafortunado gemelo “Lago Ercina”, incendiado seis días antes.
En enero de 1974 se concertó la venta del buque “Lago Negro” a la compañía gaditana COMATISA y desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife se dirigió a Mombasa, Kenya, a donde arribó el 14 de febrero después de un mes de viaje y fue entregado a su nueva tripulación.
Renombrado “Anubis”, se sucedieron los viajes tramp con cargas frigoríficas, cruzando con frecuencia el canal de Suez y peregrinando por los puertos de la costa oriental de África, compartiendo viajes con el buque “Horus” hasta su sustitución por los nuevos “Faro Cádiz”, “Mar Cádiz” y “Puerto Cádiz”, construidos en Astilleros del Cadagua.
En 1980, COMATISA vendió el buque “Anubis” a la sociedad panameña Overseas Reefer Carriers y fue renombrado “Reefer Express”. En ese mismo año cambió de nombre y bandera, aunque seguía siendo propiedad de la misma empresa y pasó a llamarse “Alaska II” con pabellón griego. En esta nueva etapa realizó frecuentes viajes desde puertos del norte de África vía canal de Suez con Arabia y Golfo Pérsico.
El 8 de abril de 1986, dos días después de su salida del puerto de Jeddah, se produjo una explosión en la sala de máquinas que provocó su hundimiento en apenas diez minutos cuando se encontraba en la posición 26º 15’ N y 34º 28’ E. Dos tripulantes desaparecieron y los nueve restantes fueron rescatados después de diez horas en el agua.
De 928 toneladas brutas, 511 toneladas netas y 1.831 toneladas de peso muerto, medía 82 m de eslora total –75 m de eslora entre perpendiculares–, 12,32 m de manga, 7 m de puntal y 4,48 m de calado. Estaba propulsado por un motor Werkspoor, de 1.700 caballos de potencia sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 13 nudos.
Nota:
[1] Díaz Lorenzo, Juan Carlos (1991). Naviera Pinillos 1840-1990- 150 años de historia marinera. pp. 140-141. Santa Cruz de Tenerife.
Foto: Gabriel Prado