En abril de 2014 se fue de la mar para siempre la estampa marinera del buque “Cimadevilla”, que rindió su última singladura en Gadani Beach (Pakistán). Ostentaba entonces el nombre de “Ghania” y en los últimos tres años había largado al viento la bandera de Togo y la contraseña de la compañía griega Ayat Maritime Co. (gerencia de Faros Shipping Co. Sarl).
Construcción número 302 del astillero S.A. Juliana Constructora Gijonesa, entró en servicio en 1976 bautizado con el nombre de “Cimadevilla Tres” y enarbolando la contraseña de Naviera Santa Catalina. En enero de 1978 la mencionada sociedad se fusionó con la Compañía Gijonesa de Navegación, a cuya contraseña y titularidad pasaron los buques de la primera. A partir de 1979 el buque de esta historia prescindió del numeral y navegó con el nombre de “Cimadevilla” [1]. Tenía otros tres gemelos llamados “Ortiguera”, propiedad de la misma naviera; y “Fer Coral” y “Fer Caribe”, estos dos últimos construidos por encargo de Fermares.
El 13 de enero de 1983, el buque “Cimadevilla” abordó al buque “Crusader”, de bandera panameña, cuando el primero maniobraba en el puerto de Santurce. Un fallo de propulsión en el momento de la arrancada atrás en el barco español motivó que lo embistiera a media eslora por el costado de estribor, causándole daños de diversa cuantía y una vía de agua. El agua inundó una bodega y estropeó unas trescientas toneladas de un cargamento de soja [2].
En 1986, en plena crisis de la Marina Mercante española, el buque “Cimadevilla” pasó a manos del Banco de Crédito Industrial y durante un tiempo engrosó la larga lista de la Sociedad de Gestión de Buques (SGB). Hubo algunos incidentes de importancia. En mayo de 1987, los capitanes y jefes de máquinas de los buques “Cimadevilla” y “Burgos”, que habían bloqueado el puerto de Algeciras (Cádiz), fueron relevados y despedidos.
El bloqueo del puerto de Algeciras duró 33 horas, desde la madrugada del jueves día 14 hasta media tarde del viernes siguiente, con el fin de impedir la venta de 37 barcos de la SGB a intereses extranjeros, y negociar la explotación de la flota acogida a esta sociedad estatal a partir de la creación de una empresa pública, que permitiera el mantenimiento de los puestos de trabajo. Los tripulantes negaron el bloqueo y declararon que cambiaron de fondeadero para llamar la atención de la Administración, y que en ningún momento colocaron una cadena submarina entre ambos barcos, como se había dado a entender [3].
Unos meses después, el buque “Cimadevilla” fue exportado y a partir de entonces comenzó un largo peregrinaje de cambios de nombre y propietarios, con la siguiente secuencia: “Wasat” (1987-1992), “Fofi” (1992-1998), “Kurey Em” (1998-2003), “Oscan Atazoy” (2003-2005), “Serez” (2005-2011) y “Ghania” (2011-2014). Siendo “Fofi” tenemos anotados dos incidentes. En 1994 fue inspeccionado y detenido en el Reino Unido debido al mal estado en el que se encontraba el casco, que presentaba una grieta de ocho metros. En 1996 fue abandonado por su tripulación tras producirse un incendio, aunque pudo ser remolcado y reparado. Todavía la quedaban 18 años de vida marinera por la proa.
De 3.489 toneladas brutas, 2.204 toneladas netas y 6.225 toneladas de peso muerto, medía 108,21 metros de eslora total –100 m de eslora entre perpendiculares–, 15,85 m de manga, 8, 11 m de puntal y 6,62 m de calado máximo. Disponía de dos bodegas con capacidad para 7.629 metros cúbicos de carga en grano y estaba propulsado por un motor Werkspoor 6TM410, de 4.000 caballos de potencia sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 13 nudos. Código IMO 7424229.
Notas:
[1] El primer “Cimadevilla” –ex “Monte Galera”, ex “Arantxa Mendi”, construido en Euskalduna y puesto en servicio en 1921– fue desguazado en 1968 y en dicho año el buque “Cimadevilla Segundo” prescindió del numeral. En 1975 fue vendido a la Naviera Astur Andaluza y sería rebautizado “Rey Aurelio. Siguió el mismo camino de la SGB y navegó con los nombres de “Aurelio C” y “Río Sul”, hasta su desguace en 1997 en Bilbao.
[2] “El País”, 14 de enero de 1983.
[3] “El País”, 21 de mayo de 1987.
Foto: Colección Gerardo Barrios (navymar.com)