El desvío y aterrizaje forzoso al aeropuerto de Minsk el pasado 23 de mayo de un avión Boeing B-737 de Ryanair cuando sobrevolaba el espacio aéreo de Bielorrusia con 170 pasajeros a bordo, ha tensado las relaciones entre la Unión Europea y el citado país, en un incidente que ha tenido amplia resonancia internacional. Un avión de combate Mig-29 de la Fuerza Aérea de Bielorrusia obligó al desvío con la excusa de que había una supuesta amenaza de bomba, aunque la realidad parece ser que se trataba de detener al periodista y bloguero opositor Roman Proitasevich, como así ha sucedido.
El avión de Ryanair sobrevolaba el espacio aéreo de Bielorrusia en vuelo de Atenas-Vilnius y le faltaban unos diez minutos para abandonarlo, cuando fue interceptado por un avión de combate, una acción que ha sido duramente contestada por la Unión Europea, que ha resuelto emprender acciones contra los responsables del incidente y prohibir tanto a la compañía bielorrusa Belavia su paso por el espacio aéreo de la UE como a las aerolíneas comunitarias por el espacio aéreo de Bielorrusia.
La acción militar de Bielorrusia ha provocado una amplia condena internacional. OACI señala que se ha producido una violación del Convenio de Chicago de 1944 y se considera un acto de piratería aérea por parte del régimen de Lukashenko, aunque algunos países europeos se refieren a “terrorismo de Estado”.
Foto: Petras Malukas / AFP