La tragedia del trasatlántico soviético “Admiral Nakhimov”

En la noche del 31 de agosto de 1986, hace ahora 35 años, el trasatlántico soviético “Admiral Nakhimov” (en ruso Адмирал Нахимов), una reliquia ex alemana de 1925, perteneciente a la flota de la compañía estatal Black Sea Shippping Co. con sede en Odessa, zarpó del puerto de Novorossiysk en viaje a Sochi. A bordo habían embarcado 888 pasajeros y 346 tripulantes, bajo el mando del capitán Vadim Markov. Sería su último viaje, teniendo previsto el retorno para el 5 de septiembre siguiente, tras lo cual causaría baja para desguace.
Cuando el histórico trasatlántico marcaba rumbo hacia su siguiente destino, el oficial de guardia advirtió que el bulkcarrier “Pyotr Vasev” –capitán Viktor Tkachenko–, cargado de avena procedente de Canadá, se aproximaba en rumbo de colisión. En la pantalla del radar se advirtió la presencia de un tercer buque. A la llamada por radio del primero, el segundo respondió con un mensaje de confianza de que “pasaría uno al lado del otro”.
Desde la capitanía del puerto se le informó que le habían ordenado que concediera preferencia al buque de pasaje, que enfilaba el rumbo 159º a nueve nudos de velocidad. Ambos capitanes confirmaron el paso por VHF, por lo que el capitán Markov se retiró del puente a su camarote, donde quedó el segundo oficial de guardia, que hizo varios cambios de rumbo.
A las 23,10 h, cuando la colisión era inevitable, el oficial del bulkcarrier “Pyotr Vasev” ordenó atrás toda y el trasatlántico “Admiral Nakhimov” cayó de nuevo a babor. Dos minutos después se produjo el abordaje, siendo alcanzado el costado de estribor entre la sala de calderas y la sala de máquinas y cubiertas superiores, cuando navegaba a 12 nudos y ambos se encontraban a unas ocho millas del puerto de Novorossiysk y a 2,5 millas de la costa más cercana.
Tras el impacto se quedó sin luz mientras se escoraba a estribor. El capitán Markov acudió al puente pero no se pudo emitir una llamada de socorro ni utilizar la megafonía interior para ordenar el abandono y aunque lo hizo gritando tampoco tuvo efecto. El trasatlántico se hundió en apenas siete minutos en una profundidad de 49 m cuando se encontraba en la posición 44º 36’ 15” N y 37º 52’ 35” E.
Los primeros auxilios llegaron unos diez minutos después del naufragio, después de que la lancha de prácticos LK90 informara a Capitanía, pues el capitán Tkachenko lo haría 40 minutos después del abordaje. La citada lancha, que fue la primera en llegar al lugar del hundimiento, consiguió rescatar a 118 personas pese a su reducido tamaño. La mayoría de los pasajeros estaban descansando en sus camarotes y solo unos pocos permanecían en cubierta y algunos presenciaron el abordaje. La mayoría de los que salieron a nado no tenían chalecos salvavidas y estaban impregnadas del fuel procedente de los tanques de combustible que habían reventado por la presión al hundirse. El bulkcarrier “Pyotr Vasev” resultó con daños de importancia en la proa, aunque se mantuvo a flote.
En la hora del recuento, de 1.234 personas que se encontraban a bordo del trasatlántico, 423 fallecieron: 359 pasajeros y 74 tripulantes. Entre los muertos figuraba el general de la KGB de Odessa Aleksey Krikunov y su familia, que se ahogaron en la suite nº 9. Los supervivientes fueron rescatados por un despliegue en el que participaron 46 buques diversos y una veintena de helicópteros. A la mañana siguiente, buzos de la Armada soviética se sumergieron en el buque hundido y rescataron a varios cientos de cadáveres, en medio de un gran dramatismo de la ciudad de Novorossiysk.
Una comisión de investigación del Gobierno soviético, celebrada en 1987 en la ciudad de Odessa, determinó que ambos capitanes habían violado las normas de seguridad en la navegación. Ambos fueron declarados culpables y acusados de negligencias criminales y condenadas a 15 años de prisión, aunque serían puestos en libertad en 1992.
El hundimiento del trasatlántico “Admiral Nakhimov” ha sido la mayor catástrofe de la Marina mercante de la URSS en tiempos de paz. Unos meses antes, el 16 de febrero de 1986, se había producido la pérdida del trasatlántico “Mikhail Lermontov” (IMO 7042318) en aguas de Nueva Zelanda y en una profundidad de 35 m. Se trataba del último de los cinco buques de la clase “Ivan Frako”, construidos en astilleros de la República Democrática Alemana (RAD) para la flota soviética de pasaje. Tras el reciente desguace del buque “Marco Polo”, ninguno de ellos existe en la actualidad.
Un trasatlántico histórico
Construcción número 614 del astillero Bremer Vulkan A.G., factoría de Vegesack (Alemania), el 24 de marzo de 1925 resbaló por la grada con el nombre de “Berlín” y el 26 de septiembre siguiente se estrenó en la línea Bremerhaven-Nueva York, enarbolando la contraseña del célebre Norddeustcher Lloyd, con sede en Bremen. Pese a que no era un barco veloz, tenía un alto nivel de confort, incluidos los pasajeros de tercera clase.
El 13 de noviembre de 1928, el buque “Berlín” participó en las operaciones de rescate del buque británico “Vestris”, que naufragó frente a las costas de Virginia, consiguiendo rescatar a 23 personas. En 1932 se acometió una reforma de calado, pero el Norddeutscher Lloyd no podía resistir la competencia de los transatlánticos ingleses, por lo que en octubre de 1938 concluyó las travesías del Atlántico norte, siendo fletado desde entonces por el movimiento “Kraft durch Freude” como crucero de turismo al servicio del Frente Laboral Alemán.
En julio de 1939 se produjo la explosión de una caldera que costó la vida a 17 tripulantes y al comienzo de la Segunda Guerra Mundial sería posicionado en el puerto de Gdansk para su empleo como buque hospital, desempeñando esta humanitaria labor hasta enero de 1945. A finales del citado mes participó junto al tristemente célebre “Wilhelm Gustloff” y otros buques de la KdF en la Operación Hannibal, que está considerada la mayor evacuación naval de la historia. El día 31 del mismo mes, después de que embarcaran soldados nazis en retirada del puerto de Liepaja (Letonia), fue perseguido y atacado por un destructor soviético, aunque logró escapar y cuando entraba en el puerto de Swinemünde en busca de un refugio tocó una mina y la explosión provocó que se hundiera en una profundidad de 32 m.
Después de dos intentos, el 17 de septiembre de 1947 fue reflotado por un equipo de buzos soviéticos. Las primeras reparaciones se acometieron en el puerto militar de Kronstadt en San Petersburgo, siendo renombrado “Admiral Nakhimov”, en honor al almirante ruso Pavel Nakhimov, que cayó en 1855 durante el asedio de Sebastopol.
En 1949, en el astillero de Warnemünde, comenzó la gran reconstrucción de este buque, introduciéndole diversas mejoras y modificaciones que elevaron el peso muerto a 17.053 toneladas. Las obras finalizaron en 1957, siendo asignado a la flota mercante del Mar Negro con sede en Odessa.
Durante la crisis cubana de 1962, antes de que Estados Unidos declarara el bloqueo o la cuarentena naval, se utilizó para transportar un número considerable de tropas soviéticas desde Sebastopol a La Habana. En diversas ocasiones hizo escala en los puertos de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, en viajes entre Odessa y La Habana, en sus últimos tiempos con estudiantes cubanos, aunque la mayor parte de su vida marinera enarbolando bandera soviética transcurrió en líneas regulares en el Mar Negro.
En origen era un buque de 15.286 toneladas brutas, siendo sus principales dimensiones 174,30 m de eslora total, 21 m de manga y 8,99 m de calado. Disponía de alojamiento para 220 pasajeros en primera clase, 284 en segunda clase y 618 en tercera clase, con una tripulación de 326 personas. Estaba propulsado por tres máquinas alternativas de triple expansión que sumaban una potencia de 12,000 caballos y le permitía mantener una velocidad de 16 nudos. Código IMO 5002986.



Fotos: vía Nicolás Arocha y Paata Tabagua (MarineTraffic.com)
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