De la mar y los barcosDestacado

La Sociedad de Salvamento de Náufragos de Corcubión

Los orígenes de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos se remontan al naufragio del bergantín goleta “Nueva Unión”, de la matrícula de Corcubión, acaecido el 2 de noviembre de 1873 en la bahía de Santander, en el que perecieron sus ocho tripulantes y otros siete marineros que acudieron a auxiliarlos en dos botes, para más información véase el artículo «La última singladura del bergantín-goleta Unión. 145 aniversario».

Como consecuencia de este gran drama, se creó en el puerto de Santander la primera Asociación de Salvamento de Náufragos de España, que pronto fue imitada en otros puertos del norte de la península, hasta que el 12 de diciembre de 1880 fue fundada por D. Martín Ferreiro y Peralta la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos (SESN).

No es muy conocido que en Corcubión existió una Junta Local de dicha Sociedad. Sus orígenes se remontan al año 1887, en que da sus primeros pasos, siendo sus primeros miembros las personas a continuación relacionadas, todos con intereses en el ámbito marítimo. Socio fundador D. José Sagristá Xampén, socios suscriptores D. José Antonio Rodríguez, D. Manuel Xampén Pou, D. Francisco del Río Osorio, D. Perfecto Rodríguez Ballón, D. Víctor Domenech, D. Juan García, D. José Ramón Caamaño, D. Laureano Riestra, D. Pedro Rivera, D. Juan María Rodríguez, D. Silvestre Suarez, D. Manuel Cardalda y Corral, D. Ángel B. Carrera Obregón, D. Francisco Crespo, D. José Crespo y D. Francisco de Castro y Quiroga, aunque habría que esperar aún unos años para que quedase  legalmente constituida la primera Junta Directiva

En el año 1890, en la “Gaceta de Madrid” núm. 52 de 21 de febrero se publicaba una relación de las localidades costeras que disponían material de la misma. En el caso de Corcubión consistía de un fusil lanzacabos Spandau dotado de todo lo necesario para su uso, un trípode de hierro para disparo de cohetes, chalecos salvavidas, cinturones salvavidas, canasta salvavidas, faroles de señales, cohetes, guindolas, cabos diversos y otros materiales, de su custodia se encargaba el Ayudante de Marina, que en el caso de ser necesarios sus servicios se encargaba de localizar al personal necesario para su uso.

En el mes de junio de 1903 el periódico “El Noroeste” publicaba la noticia de una inspección efectuada por el inspector de la SESN D. Darío Laguna para comprobar el material de Corcubión, con el fin de conocer su estado y reponer el que fuese necesario. En el mes de octubre se dan los primeros pasos para la creación de la Junta Local todavía inexistente, igualmente en dicho año se inician los trámites para la instalación de una caseta de madera en la zona del muelle para albergar el material que era custodiado en la Ayudantía de Marina. En el mes de junio de 1905 quedó constituida la primera Junta Directiva, que encabezaba el Ayudante de Marina Sr. Fernández Piña y que tenía a su disposición además del material anteriormente mencionado un bote salvavidas modelo Teodora Lamadrid, dotado para su propulsión de 13 remos y velas.

Para el funcionamiento de la Junta Local, la Junta Central de la Sociedad remitía mensualmente la suma de veinte pesetas, diez de las cuales eran para el patrón del bote y encargado del material que era el cabo de mar de la Ayudantía de Marina.

La Junta desarrolló su trabajo participando en todos aquellos incidentes acaecidos en la zona en los que era necesario su auxilio, destacando por encima de todos los servicios efectuados el realizado en el año 1912, en el salvamento de los náufragos del vapor noruego “Salerno”, que había embarrancado en la isla Lobeira Pequeña y por el cual fueron recompensados varios de sus miembros.

También es destacable un hecho curioso acaecido el  día 6 de abril 1914 entre las doce de la noche de dicho día y las dos y media de la madrugada del día siete. Cuando  los vecinos que habitaban los pueblos de Cee y Corcubión se despertaron alarmados por el continuo sonar de una sirena de un vapor que se encontraba fondeado en la ría. Ante dicha alarma se movilizó al personal de la Junta Local, los cuales se dirigieron en el bote salvavidas al lugar de donde provenía, pensando en alguna desgracia. Entre la tripulación se encontraba el presidente Sr. Suarez, el experimentado patrón D. Pedro Pol, el forense y marineros de la localidad, que una vez alcanzado el vapor de donde procedía la alarma, subieron a bordo del mismo encontrándose a su tripulación en tal estado de embriaguez que uno de sus tripulantes se había quedado dormido en el puente encima del pulsador de la sirena, la cual no cesó hasta que fue despertado con un fuerte grito. La noche era oscura y brumosa, y el mar estaba agitado, para dirigirse hacia el lugar de donde procedía el pitido de la sirena fue necesario el auxilio de una buena luz para guiarlos. El vapor en cuestión era el ballenero “Bas” de bandera noruega, pertenecía a la matrícula de Sandefjord, desplazaba 105 toneladas, era su capitán el Sr. Hijstad y la tripulación la componían 22 marineros, había entrado para aprovisionarse de carbón.

El 26 de marzo de 1921 se disolvió la Junta Local de la SESN por orden del Consejo Superior de la misma, entregando el material al Ayudante de Marina de Corcubión quedando desde esa fecha como Delegado de la Junta Central.

El 2 de septiembre de 1921 fue vendido el bote a D. Fernando Tanarro de Corcubión, en subasta pública siendo el importe de la venta 71 pesetas.

El 17 de enero de 1926 fueron entregados por el Instructor de Brigada de la SESN D. José Lourido, al Ayudante de Marina de Corcubión y delegado de la institución, los efectos necesarios para completar el material del lanzacabos de la estación.

En el año 1930 el resto de los efectos del bote salvavidas fueron vendidos, ingresando por dicha venta 145 pesetas.

El 16 de agosto de 1933 el médico de Fisterra D. Francisco Esmorís Recaman solicitó el traslado de la estación a dicho  puerto, aduciendo ser más necesaria en él, debido a la desprotección que tenían sus marineros. Para que el traslado no resultase gravoso para la institución, puso a disposición de la misma un local cedido de manera gratuita para el almacenaje del material, poniendo a su vez una camioneta para efectuar el transporte cuando llegase el momento. Por la dirección central de la SESN, tras haber estudiado esta petición, se estimo conveniente efectuarlo, autorizándolo en el mes de septiembre de 1933, sin embargo no sería realizado hasta el 31 de enero de 1934.

La caseta que en un principio iba a ser desmontada, se decidió que quedase en el lugar en que había sido instalada y que se cediese a los prácticos del puerto.

El bote de salvamento, varado en la playa

Fotos: archivo de Aquiles Garea

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