A la espera de conocer la versión del mando del buque de bandera portuguesa “RCGS Resolute”, dedicado a expediciones polares, circula esta imagen de la proa del crucero de turismo a su llegada al puerto de Willemstad. Se aprecian algunos daños por la amura de estribor tras la colisión con el patrullero venezolano “Naiguatá” (GC-23), que según informa el régimen de Nicolás Maduro provocó el hundimiento del buque de guerra cuando “efectuaba en procedimiento de control de tráfico marítimo, lo que generó daños de gran magnitud”.
Afortunadamente, no hay víctimas. En círculos navales se estima que el capitán, temiendo el arresto de su barco y las impredecibles consecuencias judiciales del régimen chavista y la previsible incautación y prisión de la tripulación, tomó la decisión de continuar viaje hacia Willemstad, aunque con ello negó el debido auxilio a los náufragos del patrullero venezolano. Una investigación profesional imparcial podrá aportar datos significativos sobre este suceso, sobre el que se abren muchas dudas.
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