Balearia confía en que con la instalación de hélices de proa en el catamarán “Eleanor Roosevelt” acaben los problemas de maniobrabilidad de este buque de alta velocidad en determinadas condiciones de tiempo, que han obligado desde su estreno al empleo recurrente de remolcadores, con el gasto que ello supone en los costes de explotación y la propia imagen del nuevo buque.
La “joya tecnológica” de Balearia, como la define el presidente de la compañía con sede en Denia, se encuentra desde mediados de enero en el astillero Gibdock, en Gibraltar, donde se realizan los trabajos de su primera varada de garantía con una estimación de 45 días, de modo que pueda estar de nuevo operativo en marzo próximo.
Además de las hélices transversales para las maniobras, lo que conlleva el refuerzo de la planta eléctrica, se están instalando otros dispositivos y sistemas electrónicos que ayudarán a mejorar la navegación en condiciones de carga media y máxima.
El catamarán “Eleanor Roosevelt” es un prototipo y es el primero de su clase que se construye en un astillero español. Se trata, sin duda, de un hito en la historia de la construcción naval nacional del siglo XXI. El proyecto corresponde a la firma australiana de ingeniería naval Incat Crowther y tomó forma en Astilleros Armón, factoría de Gijón. Se especula con la posibilidad de que se pueda construir un segundo buque en el que se introducirían, como parece obvio, aquellas modificaciones y mejoras resultado de las deficiencias y anomalías observadas en el primero.
Balearia trata de justificar el hecho de que el catamarán no alcanza los 40 nudos tan caraeados debido a que la propulsión de motores duales –tanto principales como auxiliares– suponen un problema de sobrepeso debido tanto a los motores en sí como a la instalación de tanques criogénicos para gas natural, más los tanques para gasoil, otros accesorios relacionados, así como dos ascensores y una escalera mecánica que comunica la cubierta de coches con el acceso del pasaje por popa.
Resultado de ese sobrepeso es una pérdida de eficiencia comparado con otros buques de su gama. Según publica el blog balearferry.com, citando información operativa de la propia Balearia, “a media carga de toneladas y al 85% de potencia de motores alcanzó una velocidad de 35 nudos, a carga completa con 500 metros de camiones una velocidad de 29 nudos. En cuanto al comportamiento con mal tiempo acreditó gran capacidad para soportar hasta 3,5 metros de altura de ola, con mar de aleta o amura, muy por encima de los fast ferrys actuales y pasados de la empresa. Las pruebas de mar fueron satisfactorias, con los jets fijos, sin variaciones de dirección como consecuencia del piloto automático, alcanzó al 50% de carga y 85% de potencia 34,5 nudos, a plena carga incluso alcanzó los 30,5 nudos. Los ensayos de canal habían acertado en la velocidad y el astillero había conseguido su objetivo”.
Resultado que dista lo suyo de los 40 nudos que tanto predicó Balearia y que centraron la atención de los especialistas y seguidores desde que el nuevo buque salió de Gijón en su viaje de entrega oficial. La realidad es que desde su incorporación a la línea Denia-Ibiza-Palma, la velocidad del catamarán “Eleanor Roosevelt” ha estado por debajo de la obtenida en las pruebas de mar, de modo que a media carga mantiene 33,5 nudos, a carga baja 34,5 nudos y a plena carga no pasa de 31 nudos.
En la búsqueda de excusas más o menos creíbles, dice Balearia que la comodidad del pasaje también ha sido una prioridad en el diseño, en el que priman filas y filas de asientos en varias categorías y tarifas como si de un autobús gigante se tratara. Desde luego, el concepto de distribución interior difiere de los catamaranes y trimaranes de construcción australiana, a nuestro modo de ver más espaciosos y atractivos para el pasaje. Introduce, no obstante, algunas variantes interesantes que suponen una innovación en este tipo de buques, como pudimos comprobar en un viaje que hicimos en la línea Palma-Ibiza-Palma.
No parece, por otro lado, que las relaciones entre Balearia y Astilleros Armón se hayan deteriorado especialmente a raíz de las deficiencias observadas en el catamarán “Eleanor Roosevelt”, sobre todo si hay voluntad para encontrar soluciones prácticas. Como se ha publicado, será Astilleros Armón Vigo quien construya el futuro ferry “double ended” eléctrico destinado a la línea Ibiza-Formentera y del que, de momento, solo se ha visto un boceto en la presentación realizada en Fitur 2022.
Foto: Daniel Ferro
3 comentarios
Los milagros no existen y las bravatas, velocidad soñada buques con bandera no nacional y personal de países ni siquiera comunitarios, así nos va , la reforma laboral no les afecta, y las subvenciones las reciben de ESPAÑA y salen de nuestros impuestos, vaya desastre .
Por eso son millonarios. Por tener esclavos baratos.
De este barco han corrido ríos de tinta. Parece ser que el diseño original tenía graves deficiencias y el astillero constructor ha tenido que hacer un enorme esfuerzo en corregir un diseño no del todo afinado. En cualquier caso hay que felicitarles por haber logrado este resultado para alguien que no tiene la experiencia de Austral o de Incat Tasmania. Hay algunas cosas como la escalera eléctrica o tantos ascensores que al final suponen un peso elevado sin que se traduzca en elementos diferenciadores y quizás debieron ser suprimidos. Si al final Balearia se anima a un segundo buque, estoy seguro que Armón hará un gran trabajo, mejorando y aprendiendo de la experiencia. En cuanto a Incat Crowther, creo que el proyecto se les ha quedado grande, prueba de ello es las mencionadas deficiencias del proyecto inicial, además de que todo el resto de sus diseños han sido barcos de una eslora mucho mejor. Mis mejores deseos para que en territorio nacional se siga con esta senda y se construyan más barcos HSC y otro tipo de buques modernos, sin que se vaya todo a Asia.