Una de las cuatro hélices del crucero “Canarias”, que estaba expuesta a la entrada del muelle Norte del puerto de Santa Cruz de Tenerife y que fue retirada de su emplazamiento el pasado 17 de febrero en aplicación del catálogo de símbolos franquistas, ha sido recuperada por la Armada y trasladada al Museo Naval de Las Palmas de Gran Canaria.
Dicha hélice había sido donada a la capital tinerfeña en enero de 1980 y después de varios emplazamientos, en su última etapa figuraba expuesta a la entrada del muelle Norte.
Desde que se hizo público el citado catálogo, la Autoridad Portuaria que preside Carlos González Pérez procedió a su retirada en la mañana del pasado 17 de febrero “y con gran discreción”, informa el periódico El Día.
Según informa el periódico La Razón, la Armada se enteró el pasado 17 de febrero por los medios de comunicación –en realidad, puentedemando.com ya lo había publicado el día antes– de la retirada de la pieza “y ha elevado una consulta al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, una vez que la Autoridad Portuaria ha decidido que no la quería ya en sus instalaciones”.
Foto: cedida
6 comentarios
De manera que la helice de un buque de nuestra armada es catalogada como un signo Franquista, la deriva que este pais lleva es y sera dolorosa.
Pues quien suscribe, que hizo parte de su servicio militar en la milicia de la reserva naval, en el crucero Canarias, debe ser también en parte un símbolo franquista. Pues no lo niego, ni me es incómodo, es más, me alegro de serlo.
Recuerdo aquella época con mucho cariño.
Que verguenza de país.
Entiendo que la ignorancia lleva a ciertos comentarios y opiniones.
El crucero Canarias participó en la masacre de entre 3000 y 5000 civiles en La masacre de la carretera Málaga-Almería.
Así pues, exigir esa hélice como un símbolo, a quien beneficia?
No olvidemos, la guerra civil fue un golpe de estado y seguida de un dictadura brutal.
El crucero «Canarias», era un artefacto flotante que, por sí mismo, no era ni franquista ni republicano. Otra cosa eran los mandos y la dotación que lo hacía funcionar. Lo tripulaban personas que serían partidarios de Franco en su mayoría pero hasta su desguace, creo que durante casi 40 años, fue el buque insignia de la Armada. Eso ya tiene alguna importancia y que encima se llamara «Canarias» la tiene todavía más. Al menos para los Canarios. No por decisión del barco en sí, sino del ministerio de Marina que es quién daba las órdenes, lo enviaban a masacrar a ciudadanos indefensos que huían, se reclutaban tripulaciones, se suministraba y se reparaba un objeto construido por el hombre llamado «Canarias» (no «Logroño» o «Zamora»), pero inerte en sí mismo y por tanto incapaz de tomar ninguna decisión. El hecho de que Hitler construyera muchas autopistas en Alemania o Mussolini muchos edificios públicos en Italia, no es válido para que se destruyan ni las autopistas (muy buenas, por cierto) ni los edificios públicos, como la mayoría de las capitanías de puerto, estaciones marítimas, prefecturas, gobiernos civiles, etc. , que por lo visto siguen funcionando a pleno rendimiento en toda Italia. Y también en Alemania. Eso por no hablar de pantanos, puentes, mercados, barriadas, hoteles, etc. Creo que el papanatismo ya ha hecho mucho daño a España y concretamente a Tenerife. Lo que a nadie parece preocupar es que otra pieza muy valiosa, en este caso una de las cuatro hélices del crucero «Canarias», que podría haber sido un auténtico lujo en un fantasmagórico y nunca concretado Museo Marítimo de Tenerife, haya terminado en Las Palmas, como tantas otras cosas más importantes. Y no en cualquier sitio: en el Museo Naval de Las Palmas, circunscrito a la Armada y en unas instalaciones como la Base Naval, de difícil acceso, pero museo al fin y al cabo. Espero que los tinerfeños despertemos de los efectos de la operación de lobotomía selectiva que padecemos desde hace mucho tiempo: exactamente desde 1927.
José Luis Torregrosa García