Los intentos para conservar la gabarra “Acentejo” han fracasado. En agosto de 2021 algunos de sus antiguos tripulantes, liderados por el capitán José Luis Rosales de Vera, iniciaron un movimiento para su conservación como pieza de museo en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, a cuya historia pertenece desde sus orígenes.
Se planteó, entonces, entre otros posibles usos museísticos, que podría explicar la evolución del servicio de “bunkering” en el puerto tinerfeño, que se remonta a 1930, cuando Shell posicionó un petrolero pontón en el muelle sur para competir con la recién inaugurada refinería de CEPSA.
Se proponía, además, en una primera fase, la conservación exterior del buque en seco, en un emplazamiento que bien podría estar en el entorno del muelle Norte y posteriormente su adecuación interior para los fines propuestos. El peso en rosca permite izarlo con la ayuda de la grúa de Bonny, cuestión importante a tener en cuenta.
Entre otras razones de peso para la conservación de la gabarra “Acentejo”, hemos de destacar que se trata del último y mayor buque construido en Nuevos Varaderos (NUVASA), astillero que tuvo su sede en Santa Cruz de Tenerife y entró en servicio en 1982, siendo la construcción número 28 de la citada factoría.
En sus primeros años estuvo dedicada al servicio de agua potable por cuenta de la Junta de Obras del Puerto y después de su transformación, a partir de abril de 1988 se reconvirtió para el suministro de combustible primero por cuenta de Navalinca y después por Ciresa Bunker (Grupo Boluda) en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Es un buque de 293 toneladas brutas y 620 toneladas de peso muerto. Mide 34,50 m de eslora total y 8,23 m de manga y estaba propulsado por un motor fuera borda Schotel. Código IMO 8138281.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo