No parece, a juzgar por las informaciones que circulan, que el Gobierno español permita la caída de Air Europa, en la que ya ha inyectado la considerable cifra de 615 millones de euros, mediante un rescate de 475 millones aprobado por la SEPI y otros 140 millones de un crédito ICO. La ministra Reyes Maroto ha dicho que “el Gobierno garantiza la viabilidad de Air Europa porque es estratégica y las opciones a tomar para ello son muy diversas, sea manteniendo la participación de la SEPI o teniendo un aliado como es Iberia”.
El digital especializado preferente.com señala que la opción que tiene más posibilidades es que Iberia y el Gobierno se repartan el 80% de las acciones de Air Europa, quedando el 20% restante en manos de la familia Hidalgo, que en las últimas semanas ha hecho visible que existen discrepancias apreciables en su seno, especialmente entre padre e hijo.
Según publica elconfidencial.com, el presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, se niega a vender Air Europa a Iberia –“mi empresa no se va repartir y aquí lo único que vale es lo que diga Pepe Hidalgo”–, mientras su hijo Javier, que lleva tiempo residiendo en Los Ángeles, negocia directamente con el CEO de IAG, Luis Gallego, y parece que tiene el apoyo de la cúpula de la aerolínea en crisis, o de una parte, favorable al cierre de la operación.
Los números no favorecen a Air Europa, que cerró 2020 con unas pérdidas de 435 millones y tiene un desajuste patrimonial de casi 600 millones. En cuanto a los dos préstamos concedidos por el Gobierno, hasta el 1 de marzo de 2024 solo tiene que abonar intereses. Pero hasta entonces pueden pasar –y previsiblemente pasarán– muchas cosas, entre otras que el Gobierno se haga con el 40% de Air Europa, posibilidad que circula con cierta insistencia en el sector.
A todas estas entra en escena el excéntrico CEO de Ryanair, Michael O´Leary, quien considera inevitable que la matriz de Iberia compre Air Europa, aunque “el precio seguramente será muy pequeño”. Según unas declaraciones publicadas en el diario económico Cinco Días, “lo que decimos es que si finalmente Iberia y Air Europa se fusionan tendrían que ceder el 10% de los slots para dejar entrar nueva competencia”, agrega.
Y apostilla que hay que “evitar trampas como las que ha hecho TAP, que ha cedido el 5% de los slots (18 al día), pero se han asegurado que esas frecuencias sean entre las dos y las seis de la mañana. En un país de 10 millones de habitantes y con 14 millones de pasajeros, la portuguesa TAP va a recibir 3.500 millones de ayudas públicas, lo que supone 350 euros por cada portugués. Es un disparate de dinero”, advierte.
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