A nuestro juicio, los buques más bonitos de última etapa de la flota de CAMPSA fueron los petroleros “Campodola” y “Calvo Sotelo”, proyectados para el transporte de fueloil y refinados ligeros. Ambos tienen su origen en una orden ministerial de 18 de mayo de 1973, fecha en la que se autoriza el concurso público para la construcción de dos unidades de 36.000 toneladas de peso muerto. Sin embargo, esta primera convocatoria quedó desierta y mediante orden de 14 de agosto del citado año se autorizó una segunda a la que solo se presentó la Empresa Nacional Bazán de Construcciones Navales Militares.
Por orden ministerial de 7 de noviembre de 1973 se adjudicó a la citada empresa pública la construcción de ambos buques, por un precio de 815.647.600 pesetas el petrolero destinado al transporte de fueloil y por 897.526.300 pesetas el petrolero destino a refinados ligeros. Los plazos de entrega serán de 27 y 33 meses a partir de la firma del contrato, que entró en vigor el 19 de noviembre de 1973. Los topes máximos de revisión de precios se fijaron en el 22% y 27%, respectivamente, considerándose fijos del motor principal y el acero laminado tras su adquisición.
El consejo de administración de CAMPSA, en su reunión del 17 de diciembre de 1973, acordó designar los nombres de “Campodola” y “Camponubla” para los nuevos buques, cuya ejecución se asignó al astillero de la Empresa Nacional Bazán en Ferrol, de cuya factoría eran las construcciones números 156 y 157. El citado consejo, en su reunión del 15 de julio de 1975 y a propuesta del consejero Alfonso de Borbón, duque de Cádiz, propuso que ante el próximo desguace del petrolero “José Calvo Sotelo”, uno de los nuevos buques fuera nombrado “Calvo Sotelo”, como así se aprobó por unanimidad, del mismo modo que a propuesta del presidente de CAMPSA, Federico Silva Muñoz, se acordó que la madrina del primero de ellos fuera la señora Mercedes Torres Torres, número 1 del escalafón de auxiliares administrativos de la compañía.
La botadura del petrolero “Campodola” se efectuó el 10 de julio de 1975 y la entrega oficial se firmó el 17 de febrero de 1976, después de realizar satisfactoriamente las pruebas de mar. A continuación se aprobaron unas obras extras que se referían a la mejora del sistema de protección de los tanques, instalación de fuentes frías y calor negro para bienestar de la tripulación, instalación de un compresor y adquisición de utillaje especial, así como un aumento de respetos por un total de 12.875.994 pesetas.
El astillero solicitó como importe de la revisión 306.284.509 pesetas, teniendo en cuenta la aplicación de todos los incrementos producidos en los distintos cuatrimestres a los porcentajes de obras realizadas. Sin embargo, solamente se aprobaron por orden ministerial del 14 de mayo de 1976 por dicho concepto 228.937.544 pesetas, que era el 22% del valor asignado al buque (1.040.625.200 pesetas), ya que dicho porcentaje era el tope máximo autorizado según contrato. Considerando diversos aspectos y, entre ellos, la diferencia de primas y desgravación, el precio final del petrolero “Campodola” ascendió a 1.297.061.938 pesetas.
Los proyectistas de ambos petroleros consiguieron unos buques de líneas marineras muy elegantes, bien proporcionados, con unas dimensiones de 209 m de eslora total —192 m de eslora entre perpendiculares—, 26,50 m de manga, 14 m de puntal y 10,66 m de calado. De 21.277 toneladas brutas, 36.522 toneladas de peso muerto y 45.100 toneladas de desplazamiento, estaban propulsados por un motor Burmeister & Wain 7K74EF, con una potencia de 14.600 caballos sobre un eje, que les permitía mantener una velocidad de 15,8 nudos a plena carga.
Inscritos en la matrícula naval de Ferrol y tras su pase a CLH en la matrícula naval de Las Palmas de Gran Canaria, ambos fueron unos buques sencillamente excelentes, de extraordinario rendimiento, que ponían de manifiesto la excelencia del proyecto, la calidad de su construcción, la profesionalidad de quienes fueron sus tripulantes y la reconocida política de mantenimiento de CAMPSA, aunque decayó en la última etapa de CLH.
En numerosas ocasiones vimos al petrolero “Campodola” (IMO 7387184) en el puerto de Santa Cruz de Tenerife —lo mismo a su gemelo “Calvo Sotelo”—, a donde venía a cargar fueloil de la refinería de CEPSA en la cuota asignada al Monopolio para su distribución en la Península.
La vida marinera de este magnífico buque finalizó en 2003, cuando se vendió a la sociedad panameña Kastri Marine S.A. Renombrado “Campodove”, el 17 de diciembre del citado año arribó a los “roads” de Gadani Beach, donde se procedió a su desguace.
Bibliografía:
Díaz Lorenzo, Juan Carlos (2006). La estela del petróleo, p. 193. Consejería de Industria, Comercio y Nuevas Tecnologías del Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tenerife.
Martínez Gil, Alfonso (1977). Cincuentenario de la flota del Monopolio de Petróleos 1927-1977, pp. 78-83. CAMPSA, Madrid.
miramarshipindex.nz
Fotos: Manuel Aguilera Panadero para puentedemando.com
1 comentario
En mi época en la compañía estos dos gemelos estabsn acompañados por otros dos gemelos de construcción anterior: Campeador y Campo Mayor, que eran de características semejantes.
Estos dos abrieron la tendencia en Campsa de fletar los buques al exterior con viajes impensables hasta ese momento. L