Los barcos de mayor tonelaje de la Compañía Gijonesa de Navegación fueron dos bulkcarriers que recibieron los nombres de “Jovellanos” y “Asturias”. Contratados a finales de la década de los sesenta con la Sociedad Española de Construcción Naval, fueron proyectados para el transporte de graneles y minerales en cinco bodegas alternas, siendo construidos de acuerdo con las reglas e inspección del Germanischer Lloyd.
Ambos buques tomaron forma en el astillero de Matagorda (Cádiz), de cuya factoría fueron las construcciones números 154 y 155. En el caso que nos ocupa, el 17 de marzo de 1969 se procedió a la puesta de quilla del buque que se llamaría “Jovellanos”, que tomó forma en cinco meses hasta su botadura el 14 de agosto siguiente. El 20 de diciembre realizó las pruebas de mar con resultado satisfactorio y al día siguiente se firmó el acta de entrega a su compañía armadora.
Durante 17 años navegó en sucesivos fletes de carbón y mineral de diferentes procedencias para Gijón y Avilés, con viajes esporádicos en otros tráficos. En julio de 1986 quedó amarrado en el citado puerto asturiano, a la espera de su remolque a Ferrol para su adaptación como silo flotante de cemento, lo que se verificó a comienzos del año siguiente y un día de febrero de 1987 lo vimos aparecer en el puerto de Santa Cruz de Tenerife tras la estela del remolcador “Punta Amer”, quedando atracado en el extremo del dique del Este, donde inició su nueva etapa al servicio de Cementos del Archipiélago.
Cementos del Archipiélago entró en competencia con la fábrica de cementos Teide, marca comercial de La Auxiliar de la Construcción y establecida en Tenerife desde finales de los años cincuenta, lo cual dio origen a algunos conflictos de intereses. El desplome accidental del silo distribuidor situado sobre el muelle inutilizó el servicio durante un tiempo y provocó malos modales con los medios locales por parte de alguno de sus representantes.
Cementos del Archipiélago se nutría de cemento importado de Turquía, que llegaba a bordo de barcos fletados, varios de ellos por viajes consecutivos. Al costado del siglo flotante “Jovellanos” se abarloaban los buques “Blanca del Mar” y “Juan B. Buesa”, este último propiedad del armador grancanario Gabriel Martín González, que hacía de “feeder” para su distribución en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria.
En 1994 finalizó la presencia del silo flotante “Jovellanos” en el puerto de Santa Cruz de Tenerife y el buque salió remolcado a Valencia, donde permaneció hasta febrero de 1996, en que lo llevaron a Almería, donde cargó cemento para Lagos (Nigeria). Con el nombre de “Parvati III” y bandera de Corea del Norte, en agosto de 2004 arribó a Alang (India), donde se procedió a su desguace.
De 11.825 toneladas brutas y 19.876 toneladas de peso muerto, medía 144,96 m de eslora total –137 m de eslora entre perpendiculares–, 22,74 m de manga y 9,60 m de calado máximo. Estaba propulsado por un motor Sulzer 6RD68, de 8.000 caballos de potencia sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 14 nudos. Código IMO 6926165.
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo y José Luis Torregrosa García