El 12 de septiembre de 1941, CEPSA firmó con la Sociedad Española de Construcción Naval la construcción de un petrolero de 10.000 toneladas de peso muerto, que era repetición del proyecto de la clase “José Calvo Sotelo”. Otro contrato para un buque similar se firmaría con el astillero Unión Naval de Levante y en ambos casos correspondía a las patentes Bracketless System y Arcform, de la firma de ingeniería británica de Sir Joseph W. Isherwood & Co. Ltd., de Londres.
En plena guerra mundial, con la industria naval española sufriendo vicisitudes de todo tipo en cuanto al abastecimiento de materiales y restricciones eléctricas, así como las penurias derivadas de la reciente guerra civil, la quilla del nuevo buque, construcción número 72 del astillero de Matagorda, se colocó el 14 de diciembre de 1942 y hasta su botadura transcurrirían casi cuatro años. El 4 de abril de 1946 resbaló por la grada con el ceremonial acostumbrado y el 3 de julio de 1947 se procedió a su entrega oficial.
Bajo el mando del capitán Ildefonso Gastañaga Duo, en su primer viaje recaló en Santa Cruz de Tenerife –su puerto de matrícula naval– y a continuación cruzó el Atlántico en demanda de Venezuela, donde cargó su primer cargamento de crudo para la refinería de CEPSA en Santa Cruz de Tenerife. Durante su existencia sería escuela de futuros oficiales de puente y máquinas y recordamos el caso concreto de Tomás González Sánchez-Araña, que fue agregado, tercero, segundo y primer oficial y capitán de este buque.
El buque estaba compartimentado en 27 tanques con una capacidad de carga de 14.775 metros cúbicos y propulsado por dos motores Burmeister & Wain –fabricados bajo licencia en los talleres de La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona–, con una potencia total de 3.850 caballos sobre dos ejes, que le permitía mantener una velocidad de 12,7 nudos.
Barco de puente al centro, máquina a popa y balancero donde los haya, se trata del primer petrolero de construcción española que tuvo CEPSA y durante su armamento estuvo supervisado por el Llody’s Register of Shipping, que le otorgó a su entrega la máxima anotación + 100A1. El coste final del buque ascendió a 31.350.000 pesetas, pagaderas en 10 diez cuotas en un plazo de seis años.
Durante sus 26 años de existencia navegó millón y medio de millas náuticas y transportó aproximadamente 4,6 millones de toneladas de crudo y refinado. En su cuaderno de bitácora se anotaron algunos sucesos de importancia, como un incendio ocurrido al norte de Lanzarote y una embarrancada en Mature Bay (Trinidad). El 5 de abril de 1973 arribó al puerto de Santander, donde se procedió a su desguace a manos del personal de Recuperaciones Submarinas.


Fotos: Garriga (archivo de Juan Carlos Díaz Lorenzo) y Museo El Dique