La corbeta “Alfonso Cerqueira” (F-488), una de los cuatro buques de la clase “Joao Cotinho”, correspondiente a la segunda serie de las corbetas de la clase “Baptista de Andrade” de la Marina de Guerra de Portugal, fue hundida el pasado 4 de septiembre frente a Cabo Girao, Madeira, donde servirá como arrecife artificial. Con la ayuda de unas cargas explosivas, en apenas 30 minutos desapareció bajo las aguas y ha seguido el mismo destino que los buques ex militares “Oliveira e Carmo”, “Comandante Hermenegildo Capelo”, “Zambeze” y “Almeida Carvalho”, hundidas como pecios visitables para submarinistas profesionales y deportivos en aguas del Algarve.
La corbeta “Alfonso Cerqueira” fue construida en el astillero de la Empresa Nacional Bazán, Cartagena y forma parte del grupo inicial de seis corbetas de la clase “Joao Coutinho” –luego ampliado a ocho–, de las cuales las tres primeras fueron construidas en los astilleros Blohm & Voss, en Hamburgo (Alemania) y las tres restantes en el astillero de Bazán en Cartagena. Todas ellas estaban en servicio entre noviembre de 1974 y octubre de 1975. Este modelo de buque sirvió de base para el desarrollo de las futuras corbetas españolas de la clase “Descubierta”.
Los diez buques son el resultado de un proyecto del ingeniero Rogério d’ Oliveira con la asistencia y desarrollo de Blohm & Voss y la Empresa Nacional Bazán, si bien las cuatro últimas son una versión más moderna en cuanto a sensores y armamento respecto de sus predecesoras. Todas ellas fueron construidas para prestar servicios en las colonias portuguesas en África. En 1977, cuando se había consumado la retirada de Portugal de Angola y Mozambique, se anunció su venta a la Armada de la República de Colombia, pero la operación no llegó a producirse.
De 1.252 toneladas standard y 1.348 toneladas a plena carga, medía 84,59 m de eslora total –81 m de eslora entre perpendiculares–, 10,30 m de manga y 3,30 m de calado. Propulsadas por dos motores Pielstick 12PC2V400, con una potencia de 10.560 caballos que accionaban igual número de ejes, le permitía alcanzar una velocidad máxima de 24 nudos. A velocidad de 18 nudos tenía una autonomía de 5.000 millas náuticas. Disponía de una plataforma a popa para el apontaje de un helicóptero ligero y su dotación máxima estaba formada por 113 tripulantes.
El armamento era convencional y estaba formado por un cañón de 100 mm a proa, dos cañones Bofors de 40 mm y seis turbos lanzatorpedos ASW de 325 mm. En cuanto a detección y electrónica montaba un radar AW-2 TM-626 Pollux y un sonar Diodon, así como un radar de navegación Decca. En sus últimos tiempos cumplieron misiones diversas y, sobre todo, de vigilancia de la Zona Económica Exclusiva y de los archipiélagos de Azores y Madeira, actuando en realidad como patrulleros de altura.
Fotos: Sergio Ferreira (Sergio@cruises)