Salvo honrosas excepciones, a los armadores europeos y nórdicos les ha entrado un gusto irrefrenable por construir sus barcos en China, con la ayuda de subvenciones de la UE y de sus respectivos países, pese a la demostrada calidad y garantía de los astilleros europeos. ¿Es solo cuestión de precio? El más reciente en sumarse a esa corriente es la compañía alemana TT-Line, que ha contratado un buque tipo ro-pax propulsado por gas natural licuado, del que presume, dice, será el más respetuoso con el medioambiente en aguas del Mar Báltico.
El futuro buque es el resultado del proyecto denominado Green Ship de TT-Line y la entrega está prevista para 2022, con la opción de una segunda unidad. Sobre el proyecto mide 230 m de eslora y 31 m de manga y con la aplicación de la nueva tecnología en propulsión, se estima que podrá reducir las emisiones contaminantes en un 50%. Tendrá capacidad para 800 pasajeros y algo más de doscientos remolques y podrá mantener una velocidad de 23 nudos.
Foto: TT-Line