Vivimos época de constantes cambios en las rutas marítimas que afectan a los mercados, al trafico marítimo y a la operativa portuaria. Si bien la bajada de los precios del crudo influyó para que muchas compañías optaran por la ruta del Cabo de Buena Esperanza, en vez del paso por el canal de Suez, aun a costa del incremento en los tiempos de navegación, la situación vuelve a cambiar.
Ya lo advertíamos en un articulo anterior. La Autoridad del Canal de Suez ha reaccionado rápidamente, implantando una importante rebaja de tasas para los buques, especialmente portacontenedores y car carriers. Para buques con origen en la costa este de EE.UU. y destino Sri Lanka o Malasia, los descuentos pueden alcanzar hasta el 75%. Con este giro contundente, Suez vuelve a poner las cosas en su sitio y las instalaciones de la costa africana e incluso las de Canarias se verán afectadas de manera inmediata. Suez ha tratado de recuperar sobre todo el trafico West-East y para ello aplica con carácter inmediato esta agresiva política comercial. Ahora es esencial recuperar de nuevo las rutas del lado oeste, mas debilitadas en los últimos meses.
Mientras tanto, los países del Mercosur tratan de poner en valor sus exportaciones, especialmente Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. La balanza comercial entre estos y China se decanta a favor de los primeros. Las exportaciones de soja y otros productos agroalimentarios se reactivan y con ello los fletes, el tráfico y la actividad en general. Algunos puertos del Mediterráneo, entre ellos algún enclave español, tendrán mucho que decir como punto logístico de distribución.
China vuelve a la carga. Aumenta sus compras de productos agrícolas y energéticos, muestra de que la gran maquinaria productora está en marcha de nuevo.
Situación de “risk-on” en los mercados y un índice China50 disparado contagiando a los bolsas europeas. Los últimos y positivos datos macroeconómicos son responsables de ello, a pesar de la preocupante escalada de casos de covid19 en los EEUU. Los países del sudeste asiático están superando la crisis pandémica, mas rápidamente que la potencia americana y ello se refleja en los mercados.
El precio del barril de petróleo sigue rondando la media de los 40 dólares donde ha establecido una resistencia. Veremos si se mantiene esta tendencia y si el despegue asiático puede mas que los problemas de algunos países europeos.
El gigante asiático sigue mostrando una estabilidad superior a la de sus competidores, pero si bien han recuperado su capacidad manufacturera y por tanto exportadora, es fundamental que su principal cliente, Europa y después EE.UU. recuperen la normalidad. En un mundo “antes” globalizado, ahora se habla de la tendencia a relocalizar empresas y a poner en marcha la fabricación de productos básicos en suelo europeo, como veíamos en las reuniones de la UE de la pasada semana, disminuyendo así la dependencia china.
A corto-medio plazo las cosas no van a cambiar y la dependencia entre estados y particularmente de China sigue siendo muy elevada a nivel comercial. Paso esencial para generar un cambio, la recuperación global del virus y la tan ansiada y necesaria vacuna. Ojalá llegue pronto.
Con este dinamismo los puertos españoles tienen mucho que decir. Algunos se encuentran perfectamente localizados en la costa mediterránea para captar estos tráficos y seguir escalando cifras en la estadística de manipulación de mercancías y graneles. Canarias debe mirar más a Mercosur como una oportunidad estratégica de mediar en otras rutas con destino África. No lleguemos tarde al futuro.
(*) Engineer specialized in public and private management. Maritime Administration. Port business. Energy transition
Foto: Kristopher Wilson (U.S. Navy)