En los jardines de acceso al Parlamento de Finlandia, en Helsinki, se encuentra una estatua en memoria de quien fue el primer presidente de la República, Kaarlo Juho Ståhlberg. Destacada personalidad de su tiempo, fue un hombre culto y longevo, pues vivió algo más de ocho décadas. periodo de tiempo amplio en el que conoció acontecimientos muy importantes que jalonan la historia del país. Desde el final del Gran Ducado y la caída de los zares, la proclamación de la Independencia, la guerra civil de 1918, el nacimiento de su país en el espacio europeo, la Segunda Guerra Mundial y los primeros tiempos de la inmediata posguerra bajo la vigilancia permanente del poderoso vecino soviético.
Kaarlo Juho Ståhlberg nació el 28 de enero de 1865 en Suomussalmi, una localidad de la región de Kainuu, a la orilla del río Jalonuoma, en el seno de una familia religiosa de clérigos luteranos. Aunque fue bautizado Carl Johan, más tarde cambió su nombre a Kaarlo Juho, siguiendo la corriente que prefería la progresiva implantación del finés frente al dominio sueco hablante de la época.
Hubo un tiempo en que la familia Ståhlberg vivió en Lahti, donde el joven Kaarlo Juho fue a la escuela primaria. Sin embargo, falleció su padre y su familia quedó en una situación complicada, por lo que su madre decidió el traslado a Oulu, donde encontró trabajo y su hijo continuó sus estudios en un colegio de lengua finesa, donde pronto destacó nuestro protagonista como el primero de su clase. En 1889 se licenció en Derecho en la Universidad de Helsinki y en 1893 obtuvo su doctorado en la misma disciplina.
Ståhlberg comenzó su carrera como jurista y legislador en el Senado en tiempos del Gran Ducado ruso. Se le considera “constitucionalista”, es decir, apoyaba el marco finlandés ya existente y las políticas legislativas constitucionales, posicionándose en contra de la pretendida rusificación de Finlandia. Era hombre de ideas moderadas y apoyó la convocatoria del sufragio femenino, hasta entonces inexistente. Ocupó cargos de cierta relevancia en la Administración a partir de 1891 y en 1894 fue nombrado profesor asistente de Derecho Administrativo y Economía de la Universidad de Helsinki.

En 1893 contrajo matrimonio con Hedvig Irene Wahlberg (1869-1917), de cuya unión nacieron seis hijos. En 1898, Ståhlberg fue nombrado Secretario de Protocolo de Asuntos Civiles del Senado, un cargo importante dentro de la estructura de gobierno del Gran Ducado y lo llamativo es que fue aprobado por el gobernador general, Nikolai Brovikov, cuyas ideas eran claras acerca de la rusificación de Finlandia y manifiestamente contrarias para Ståhlberg. De modo que en 1902 fue expulsado debido a su estricta posición legalista y su oposición a la legislación sobre el servicio militar obligatorio.
En 1901 fue elegido miembro del Consejo de la Ciudad de Helsinki, en el que permaneció hasta 1903. Entre 1904 y 1905 participó en la Dieta de Finlandia como miembro representante del Estado de los Burgueses. En 1905 fue designado senador y, además de asumir responsabilidades relacionadas con el comercio y la industria, en su condición de “constitucionalista” examinó las propuestas para la reforma de la Dieta y, aunque inicialmente escéptico sobre algunas propuestas, Ståhlberg participó en la redacción de las leyes que dieron origen a la creación del Parlamento de Finlandia. El camino no estuvo exento de dificultades y discrepancias, de modo que en 1907 presentó su renuncia a su escaño, en desacuerdo con la ley sobre la prohibición del alcohol.
En 1908 regresó a la Universidad de Helsinki como profesor de Derecho Administrativo y así transcurriría una década, en la que escribió su libro más influyente: Derecho Administrativo Finlandés, en dos volúmenes. Paralelamente estuvo activo en política y formó parte del comité central del Partido de los Jóvenes Finlandeses, en que militaba desde 1891. Entre 1908 y 1910 fue miembro del Parlamento por la circunscripción de las Tierras del Sur y desde 1914 por la circunscripción del Sur de Oulu, representación que mantuvo hasta su nombramiento en 1918 como presidente del Tribunal Supremo Administrativo y que alternó desde 1914 con la presidencia del Parlamento.
Después de la revolución de febrero de 1917, Ståhlberg contó con el apoyo de la mayoría de los miembros conservadores del Parlamento para asumir la vicepresidencia de Asuntos Económicos del Senado, pero no así de los socialdemócratas, cargo que ocupó Oskari Tokoi, mientras que Ståhlberg fue elegido presidente del Consejo Constitucional. Dicho órgano había sido creado con anterioridad para planificar la nueva forma de gobierno de Finlandia –basada, en gran medida, en la utilizada en 1772, en tiempos de la dominación sueca–, a raíz de los acontecimientos que rodearon la revolución de febrero de 1917 y la abdicación de Nicolás II como emperador de Rusia y Gran Duque de Finlandia.
Tras la independencia de Finlandia, acaecida el 6 de diciembre de 1917, la Comisión Constitucional elaboró nuevas propuestas orientadas hacia la creación de la República. Durante 1918 y con el país sumido en una guerra civil de corta duración pero muy sangrante, Ståhlberg participó en la redacción y reelaboración de propuestas constitucionales y concitó los debates entre republicanos y monárquicos convergentes en la futura Constitución de Finlandia, que fue promulgada el 17 de julio de 1919.

Ståhlberg se declaró claramente a favor de la República, frente a la opción de los vencedores más conservadores de la guerra civil, que defendían la monarquía constitucional. Su postura estaba justificada, además, porque al asumir la presidencia del Tribunal Supremo Administrativo renunció a su escaño en el Parlamento, por lo que no participó en octubre de 1918 en la elección del príncipe Federico Carlos de Hesse como rey de Finlandia. Y como quiera que sus postulados estaban lo suficientemente definidos, Ståhlberg también defendió la elección directa del presidente de Finlandia, aunque el Consejo de Estado eligió el sistema de colegio electoral, por lo que el presidente sería elegido por el Parlamento.
De pronto, sucedió algo inesperado. El Partido Nacional Progresista, de reciente creación y del que formaba parte, con el apoyo de la Liga Agraria, decidió nombrarle candidato a la presidencia de la República. En la contienda electoral compitió con el mariscal Carl Gustav Mannerheim, al que derrotó y el 25 de julio de 1919 fue elegido primer presidente de la República de Finlandia. Se dice que no le quedó otro remedio, en contra de su voluntad, que trasladarse a vivir al palacio presidencial como residencia oficial.
Ståhlberg era un hombre muy formal y bastante tímido, por lo que en sus intervenciones en público leía lo que había preparado con anterioridad. Viudo desde 1917, en 1920 contrajo matrimonio con su segunda esposa, Ester Hällström (1870-1950). Su mandato se caracterizó por una sucesión de gobiernos de corta duración, ocho en total, en su mayoría formados por coaliciones de los agraristas, Partido Nacional Progresista, Coalición Nacional y suecos, aunque también nombró a dos gobiernos provisionales.
Aunque en líneas generales apoyó a los gobiernos, parece ser que no siempre estuvo de acuerdo con ellos. De hecho, forzó la dimisión en enero de 1924 el primer gobierno de Kyösti Kallio y exigió elecciones anticipadas para restaurar a todos los miembros del Parlamento (200 diputados), algo con lo que el primer ministro no estuvo de acuerdo. El Parlamento había carecido de 27 diputados desde agosto de 1923, cuando los comunistas fueron arrestados por sospechas de traición.
Durante su mandato, Ståhlberg apoyó las reformas sociales y económicas moderadas, en un intento para que los comunistas aceptaran la recién nacida República. Tuvo el gesto, no siempre bien entendido, de perdonar a la mayoría de los prisioneros rojos, lo cual le granjeó enemistades entre muchos finlandeses de derechas, sobre todo entre los veteranos blancos de la guerra civil y altos oficiales del Ejército.
Firmó proyectos de ley que dieron a los sindicatos un poder de igualdad con las organizaciones de empleadores para negociar los contratos de trabajo, otro para mejorar la atención pública para los pobres y el conocido como “Lex Kallio”, que distribuyó tierras de los antiguos terratenientes entre los agricultores y otros habitantes rurales que no las tenían.
La política exterior de su mandato estuvo marcadamente relacionada con Suecia, sobre todo debido a la crisis del territorio del archipiélago Åland, lo que marcó y condicionó los primeros años de su presidencia. De hecho, se dice que evitó viajar a Suecia para evitar males mayores. También fue muy cauteloso en sus relaciones con Alemania y con la vecina URSS y tuvo poco éxito en sus intentos por establecer contactos más estrechos con Polonia, Reino Unido y Francia.
En 1925, cuando llegó el momento de la reelección, decidió que no acudiría a la reelección, pues no tenía ansias de poder. Había tenido un mandato sometido a una gran tensión y pensó que la derecha y los monárquicos encontrarían una reconciliación más fácil si él no estaba en medio. Los historiadores contemporáneos finlandeses dicen que se mostró inflexible en su decisión de no presentarse a la reelección, a pesar de las muchas presiones y apoyos recibidos. Incluso se le ofreció el cargo de rector de la Universidad de Helsinki, a lo que también se negó.
En 1930, Ståhlberg aceptó ser miembro del Parlamento como representante de la circunscripción de Uusimaa, en el que permaneció hasta 1933. Por el medio se produjo un hecho detestable. Activistas de extrema derecha del Movimiento Lapua le secuestraron junto a su mujer para enviarlos a la URSS, pero la acción fracasó y tal fue el rechazo cosechado, que propició la desaparición de este grupo.
Con el paso de los años, Ståhlberg volvió a ser candidato del Partido Nacional Progresista en las elecciones presidenciales de 1931, en las que perdió por sólo dos votos en la tercera votación ante su contrincante Pehr Evind Svinhufvud. Volvió a ser candidato en las elecciones de 1937, en las que quedó tercero. Su ciclo político en primera línea había terminado cuando en 1946 decidió retirarse. Sin embargo, Ståhlberg se convirtió en el asesor jurídico del presidente Juho Kusti Paasikivi, a quien asesoró en diversos aspectos en una época muy complicada con el poderoso vecino soviético.
Falleció el 22 de septiembre de 1952 en Helsinki, cuando contaba 87 años. Sus restos reposan en el cementerio de Hietaniemi y recibió honores de Estado. Su memoria se guarda celosamente, con una reputación impecable. Está considerado un defensor de la identidad nacional, a la que aportó grandes esfuerzos para lograr la unificación tras la guerra de 1918, de la moral y de los principios de la democracia y el Estado de Derecho, además del padre de la Constitución de Finlandia.
Bibliografía:
Tyynilä, Markku (2000). “Kaarlo Juho Ståhlberg (1865-1952), President of Finland”. pp. 493-501. En 100 faces from Finland. Edición de Ulpu Marjomaa, traducido por Roderick Fletcher y Aili Kämäräinen. Helsinki, Finissh Literature Society (FLS).
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo y Archivo Nacional de Finlandia