Juan Fernando Pérez Martín, quien fuera durante mucho tiempo y en etapas difíciles, asesor del sindicato Coordinadora, líder de los estibadores en España, nos envía la siguiente reflexión referida a la reciente situación vivida en los puertos españoles, que titula “El verdadero valor del triunfo de la estiba”
“No me puedo olvidar que fue difícil. Siempre hubo un ayer que de forma persistente se hizo presente. Un ayer en el que hubo que luchar con dientes y espadas para salvar la dignidad y la estima. Los dragones del mal soltaron por doquier a sus perros rabiosos para atacar sin piedad a los estibadores. Mordiendo con el miedo los corazones afligidos de familias y portuarios. Pero no pudieron imponer sus turbios menesteres, sus flácidos decretos, su retórica de mierda y fango.
Ellos, el “pueblo Puerto”, sembraron las bahías de razones y las hicieron valer para que el trabajo digno no fuera cosa de un solo día. Para que el triunfo y el fracaso no se convirtieran en aquellos impostores que todo lo saquean. Todavía falta camino, pero menos.
Ya ocurrió muchas veces. Por no ir más atrás, en 1967 creo recordar Remigio Vélez Rodríguez, que descansa en la sal de los puertos paró el solito el muelle de Santa Catalina para reivindicar sabe Dios qué. En 1980 ocurre la cruenta batalla del decreto 1302/80 que intentaba eliminar del mapa a más de 13.000 estibadores. No lo lograron. En 1986 más decretos. Se creaban las sociedades de estiba con la misma intención de liquidar la estiba tal como hoy la conocemos. No lo consiguieron.
En 1988 se producen dos cierres patronales de proporciones bestiales. El puerto de la Luz y Las Palmas cierra 52 días y el de Santa cruz de Tenerife 28 días. Pero tampoco lograron doblegarnos. Lo que ha ocurrido hasta hoy ya lo sabemos. Dos decretos más y la campaña más infame de los dueños y sus perros. Pero ahora es el tiempo de la esperanza.
Habrá un quinto acuerdo marco y la paz se hará en la estiba. Sería un gran error desmovilizar las conciencias. Hay mucha tarea por terminar. Es sólo mi opinión. Se ha demostrado una vez más que tenemos una potente organización sindical. Los de hoy han hecho más grandes a los de ayer, incluso a los que ya no están. Todas estas cosas son las que atesoran el verdadero valor del triunfo de la estiba. Un abrazo para todos desde donde escribo. Un abrazo desde mi bodega”.
Foto: cedida