Juan Arráez Cerdá (Elda, 1940), uno de los grandes eruditos de la historia aeronáutica y militar española e internacional, ha emprendido el vuelo eterno. Pocos como él han aportado tanto a la investigación en su especialidad, con una larga lista de publicaciones que acreditan su incansable capacidad, además de una generosidad sin límites, siempre dispuesto a ayudar y colaborar ante cualquier petición.
A Juan Arráez Cerdá le conocimos en Petrer, donde regentaba una fábrica de calzado, cuando estábamos inmersos en el trabajo de campo del libro “Iberia. Mil fotos para la historia”, conmemorativo del 75º aniversario de la compañía. Una parte de las fotos incluidas en ese volumen proceden de su archivo. Luego volvimos a verle cuando visitó Tenerife en unas vacaciones con su mujer y su hija e hicimos de puente para que se encontrara con Francisco Andreu Plaza, figura legendaria de Spantax y por entonces ya manteníamos una frecuente comunicación telefónica y epistolar.
La permanente dedicación de Juan Arráez Cerdá a su gran vocación hizo que fuera nombrado miembro correspondiente del Servicio Histórico y Cultural del Ejercito del Aire, colaborador del Ejército del Aire y correspondiente de la Academia de Historia Aeronáutica de Uruguay, además de otros muchos reconocimientos. Sus numerosas aportaciones y frecuentes intervenciones están muy reconocidas y valoradas dentro y fuera de España.
Con todo el cariño y admiración que siempre le profesamos, en la hora del adiós terrenal queremos reiterar nuestra sincera gratitud a la figura de Juan Arráez Cerdá y el máximo reconocimiento a su fecundo magisterio.
Descanse en paz.
Foto: cedida
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Añadir a su historial de méritos que fue de los primeros Colaboradores activos del Museo de Aeronáutica y Astronáutica cuando se creó esa figura de distinción.