Al buen nombre de la Armada y de la Marina Mercante española pertenece la figura de Juan Alvargonzález González de la Buelga, oficial y empresario que dio nombre a Naviera Alvargonzález, convertida en el punto de partida de una de las experiencias más fructíferas que existen en el ámbito naviero nacional. Nuestro personaje, que rindió su última singladura el 6 de abril de 2013, a la edad de 93 años, ocupó una posición destacada y, sin duda, ha sido uno de los actores notables de Asturias y del sector naviero español durante los últimos sesenta años.
Nació el 5 de noviembre de 1919 en Gijón, hijo de Romualdo Alvargonzález Caso y de Rosalía González de la Buelga. En 1934 se graduó de bachiller en el Instituto Jovellanos de su ciudad natal. Entre sus profesores figuró el poeta Gerardo Diego, por entonces catedrático de Literatura de dicho centro. Al año siguiente se desplazó a Madrid donde comenzó a prepararse en la “Academia Bastarreche” para su ingreso en la Escuela Naval Militar, con lo que continuaba una tradición familiar que se remonta a finales del siglo XVIII, cuando José Alvargonzález Zarracina, protegido de Jovellanos, se convirtió en profesor de matemáticas en la Real Academia de Guardiamarinas, con sede en Ferrol. A partir de entonces, el apellido Alvargonzález ha permanecido vinculado al Cuerpo General de la Armada y entre sus ascendentes figura Claudio Alvargonzález Sánchez, conocido como el héroe de Abtao.
En julio de 1936, tras el estallido de la guerra civil, Juan Alvargonzález se alistó en San Sebastián como marinero voluntario en la Marina nacional y el 27 de octubre del citado año embarcó en el bacaladero “Galerna” –comandante, capitán de corbeta Pablo Suanzes– y tres días después, con una improvisada tripulación de su misma condición, zarpó en viaje a Ferrol donde se procedió al artillado del buque con dos cañones Vickers de 101 mm y otros dos de 47 mm más una ametralladora situada en el puente. El 21 de noviembre se hizo a la mar e inició su periplo en la zona oriental del Cantábrico con base en el puerto de Pasajes.
En marzo de 1937 pasó destinado a la base de Sóller (Palma de Mallorca), donde embarcó como voluntario en el submarino “General Mola” –comandante, capitán de corbeta Rafael Fernández de Bobadilla–, uno de los dos buques de la clase “Archimede” adquiridos por los nacionales en Italia para combatir el tráfico marítimo republicano en el Mediterráneo. Ascendido al empleo de cabo torpedista, Juan Alvargonzález permaneció a bordo hasta junio de 1938, después de haber realizado 14 cruceros a costas enemigas que sumaban unas 1.400 horas de inmersión y logrado salvar situaciones complicadas tras los ataques con cargas de profundidad por parte de los destructores republicanos.
Aún no había acabado la guerra cuando en enero de 1939 ingresó en la Escuela Naval Militar de San Fernando (Cádiz), con el número dos de su oposición, correspondiente a la promoción 399 del Cuerpo General de la Armada. No había cumplido 20 años y en su condición de aspirante ya estaba en posesión de la Cruz de Plata del Mérito Naval con distintivo blanco, la Cruz Roja del Mérito Militar y una Cruz de Guerra. En diciembre de 1943 obtuvo el despacho de alférez de navío, y su primer destino como oficial fue el Estado Mayor de la Escuadra a bordo del crucero “Canarias”. En 1944 pasó destinado al minador “Júpiter” y en 1945 se convirtió en profesor de la Escuela Naval Militar de Marín, entonces recién inaugurada.
Su último destino como oficial, ascendido al empleo de teniente de navío, fue el de ayudante del almirante director de la Escuela de Guerra Naval, que desempeñó hasta comienzos de 1950. Por entonces, con su salud algo debilitada durante su permanencia a bordo del mencionado submarino, abandonó el servicio activo y pasó a trabajar en la empresa consignataria de su padre en el puerto de Gijón.
Comenzó entonces una nueva etapa inmerso en el negocio familiar que se convirtió en carrera empresarial durante algo más de medio siglo. Como señala Ramón M. Alvargonzález Rodríguez, “las virtudes de la Armada –profesionalidad, tenacidad y disciplina– rendirían los más granados frutos. Dispuesto a todo, como reza el lema del Arma Submarina (“Ad utrumque paratus”), Juan Alvargonzález se entregó en cuerpo y alma a su nueva tarea, sin escatimar dedicación ni esfuerzo” [1].
Precedido por la creación en 1953 de la empresa marítima Romualdo Alvargonzález Caso, en diciembre de 1955 se fundó la sociedad anónima Naviera Alvargonzález, a cuya contraseña pasaron dos buques gemelos construidos en el astillero El Dique-Duro Felguera, en Gijón, llamados “Pescador” [2] y “Cazador” [3] y entregados en enero y abril de 1954. Dedicados al cabotaje en el Cantábrico, aquellos eran los últimos años de la autarquía en los que el tráfico principal consistía en el transporte del carbón asturiano. En 1957 la flota se incrementó con la incorporación de segunda mano del buque “Leñador” [4], adquirido de segunda mano.
En febrero y mayo de 1960 entraron en servicio los buques “Descubridor” [5] y “Conquistador” [6], dotados de puntales, unidades del tipo XA del Plan de Nuevas Construcciones de la Empresa Nacional Elcano y construidos en el astillero de Sevilla [7]. En mayo de 1968 adquirió el buque “Santo Domingo” [8], que navegó dedicado al tráfico de graneles y Naviera Alvargonzález se ocupó también de la gestión del buque “Romeo”.
Unos meses antes, en diciembre de 1967, había entrado en servicio el buque cementero “Cementador” [9] y en agosto de 1969 lo hizo su gemelo “Fraguador” [10], que fueron los primeros de su clase construidos en España. En febrero y marzo de 1975 pasaron a su contraseña los buques “Trovador” [11] y “Labrador” [12], comprados a Naviera Lagos y posteriormente, en julio de 1982 Naviera Alvargonzález incrementó su flota con el buque “Encofrador” y por entonces ya se ocupaba de gestión técnica de los buques de Cementos del Cantábrico.
Unos años antes, en 1972, la familia Alvargonzález había entrado en el accionariado de Auxiliar de Transportes Marítimos (Auxtramarsa), compañía naviera del grupo Unión Española de Explosivos Río Tinto y Juan Alvargonzález pasó a ocupar el cargo de consejero-delegado. A partir de entonces y bajo su experta y dinámica dirección, la compañía naviera vivió un intenso crecimiento, periodo en el que se construyeron nuevos buques [13] para atender a las necesidades de transporte de las filiales de UERT.
A comienzos de la década de los ochenta, el mercado “tramp” se volvió preocupante y Naviera Alvargonzález decidió vender la mayor parte de sus barcos y redujo su actividad orientada hacia una estrategia de supervivencia positiva. En 1989, a consecuencia de la fusión de los grupos industriales Sociedad Anónima Cros (SAC) y Unión Española de Explosivos, se fusionaron las filiales navieras Auxtramarsa y TAC (Transportes, Aduanas y Consignaciones), dando origen a la compañía Ership [14], de la que entonces era accionista minoritario y a partir de 1994 pasó a controlar la mayoría accionarial de la citada sociedad.
En la actualidad, el grupo Alvargonzález, cuya principal empresa es Ership, es un conglomerado de sociedades presentes en la mayor parte de los puertos españoles de interés general, más otros iberoamericanos, cuyas actividades de referencia son las de estibada, brokers, operadores logísticos, almacenistas, agentes de aduanas, armadores y navieros-gestores, contando con importantes inversiones entre las que destacan terminales agroalimentarias, graneles secos y contenedores, así como una flota formada por buques de carga seca [15] y quimiqueros [16] y la gestión técnica de otros armadores –entre ellos se encuentra el buque cementero «Cristina Masaveu», el mayor de su clase de la Marina Mercante española en la actualidad–, que suman una veintena de unidades.
En diversos momentos de su fructífera vida, Juan Alvargonzález formó parte de los consejos de administración del Banco Herrero y de Hidroeléctrica del Cantábrico, así como de su comisión ejecutiva. Perteneció al Instituto Social de la Marina, Lloyd’s Register of Shipping, Cruz Roja del Mar y Patronato del Museo Naval de Madrid.. Estaba en posesión de la Cruz del Mérito Naval de primera clase con distintivo blanco (1971), Medalla al Mérito Social Marítimo del Instituto Social de la Marina (1982), premio del Instituto Marítimo Español a la mejor trayectoria profesional (1987), Gran Cruz al Mérito Naval (1995) y Premio “Álvarez Margaride” a la excelencia empresarial (2011).
En 1992, cuando se retiró de la primera línea de los negocios, creó la Fundación Alvargonzález, con sede en Cimavilla, entidad cultural con especial proyección en mundo del mar, y dentro de éste en la Armada, a través del Museo Naval de Madrid, el Real Instituto y Observatorio de San Fernando, la Escuela Naval Militar de Marín y la Escuela de Submarinos de Cartagena.
En el plano familiar, Juan Alvargonzález González de la Buelga contrajo matrimonio con Dominica Figaredo Sela (1922-2016), de cuya unión nacieron once hijos, varios de los cuales continúan con los negocios familiares que dan empleo a unas cuatrocientas personas en Asturias y fuera de la región. En julio de 2002 y a su iniciativa se colocó un monolito en el puerto de El Musel que recuerda a los fallecidos en la catástrofe ocurrida durante las obras de construcción del puerto exterior, el 25 de febrero de 1913, entre los que figuraba su pariente Victoriano Alvargonzález.
Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, son de destacar las condolencias recibidas y algunas valoraciones que, por su calado, hemos de destacar. “Un emprendedor que trabajó con tesón y esfuerzo, una figura sobresaliente que hizo de la mar su pasión; fue uno de los grandes empresarios de esta ciudad”, en opinión del portavoz municipal del gobierno de Foro Asturias en el Ayuntamiento de Gijon, Rafael Felgueroso.
El portavoz del Grupo Popular en el citado Ayuntamiento, Manuel Pecharromán, destacó que Juan Alvargonzález “encarnaba como nadie los valores del Gijón industrial, como el esfuerzo, el trabajo y la solidaridad” y reconocía su mérito por haber forjado “unos valores familiares ejemplares con una personalidad humilde con la que se ganó la admiración y el cariño de los gijoneses”. Santiago Martínez Argüelles, portavoz del Partido Socialista, expresó “el reconocimiento a la trayectoria de un empresario de primer nivel, comprometido con su ciudad natal y que ha dejado escuela”.
El mundo empresarial también rindió tributo a “una de las grandes figuras del empresariado asturiano, apasionado de la mar y de Asturias, un hombre de bien que ha dejado una huella de la que sus hijos pueden estar orgullosos”, apuntó Severino García Vigón, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). Una labor empresarial llevada a cabo con “una gran capacidad para gobernar el grupo, con una importante labor de expansión y una larga carrera de apoyo constante a las actividades náuticas”, como recalcó Claudio Fernández Junquera, naviero y ex presidente de la Cámara de Comercio y del consejo de administración de la Autoridad Portuaria.
El oftalmólogo Luis Fernández-Vega ponderó la figura de “una persona eficaz, seria, discreta, marcado por un gran humanismo; un gran empresario, todo un modelo que afortunadamente siguen sus hijos”. Un hombre de “trayectoria empresarial ejemplar, marcada por su tesón, capacidad de innovación y carácter emprendedor con una constante participación en actividades sociales y económicas”, apostilló Pablo Junceda, director general de Banco Sabadell Herrero [17].
Notas:
[1] Alvargonzález Rodríguez, Ramón M. Leído por su autor el 2 de agosto de 2012 en el Centro Universitario de Avilés, en el acto de homenaje a Juan Alvargonzález por parte de la Universidad Itinerante de la Mar (UIM).
[2] Se hundió el 3 de febrero de 1960 cuando iba cargado de mineral en viaje de Ribadesella a Avilés. Los ocho tripulantes consiguieron salvar sus vidas y fueron rescatados por el buque “Chonga”.
[3] En 1969 pasó a poder del armador palmero Filiberto Lorenzo de Honor y navegó en el cabotaje de Canarias y Nigeria, donde en 1974 acabó su vida marinera.
[4] Ex “San Román de Eo”, comprado a Manuel López Acevedo. Construido en el astillero de la S.A. Juliana Constructora Gijonesa, entró en servicio en noviembre de 1952. El 6 de abril de 1978 embarrancó en el acantilado de Punta del Cuadro, próximo a Punta Candelaria y se perdió definitivamente. La tripulación consiguió ponerse a salvo.
[5] Vendido a Contenemar y transformado en 1973 para el transporte de contenedores. Desguazado a partir de junio de 1987 en Santander.
[6] Vendido en 1973 a Contenemar, en 1986 se vendió para desguace.
[7] Díaz Lorenzo, Juan Carlos. “Empresa Naviera Elcano. Seis décadas de historia”, p. 318. Madrid, 2004. Un tercer buque, que en principio también había sido contratado por Naviera Alvargonzález, se vendió a la compañía británica United Levant Lines y entró en servicio en 1962 con el nombre de “Terica”.
[8] Comprado en mayo de 1968 a la Compañía Ibero Americana de Navegación y vendido en 1970 a Técnica de Gestión Naval (Tecnimarítima). Construido en el astillero Echevarrieta y Larrinaga (Cádiz), entró en servicio en julio de 1945. Desguazado a partir de diciembre de 1973 en Bilbao.
[9] Buque cementero de dos bodegas autodescargante, transferido en 1996 a Tudela-Veguín e inscrito en el segundo registro de Canarias. Amarrado en abril de 2010 y vendido para desguace.
[10] En octubre de 1985 se vendió a Fitzennis Cement Carriers Ltd. y se rebautizó “Portland Carrier”. Revendido en febrero de 1996 a Cem Bulk Carriers y rebautizado “Cem Carrier”. Rebautizado “Cem Carry” en febrero de 2004. Rebautizado “Orkney Cement” en mayo de 2004. Rebautizado “Alex P” en abril de 2009. En servicio.
[11] Ex “Lago Enol”, construido en el astillero Euskalduna, entró en servicio en mayo de 1958. Vendido en junio de 1978 a Ignacio Vega Leguina y rebautizado “Maliaño”. Desguazado en 1983 en Astillero (Santander).
[12] Ex “Lago Isoba”, construido en el astillero Euskalduna, entró en servicio en marzo de 1958. Vendido en octubre de 1976 a Naviera Peninsular y abanderado en Panamá con el nuevo nombre de “Azuero Dos”. Revendido en febrero de 1978 a Sanroc Co. International y rebautizado “Atlantis III”. Revendido en abril de 1979 a Atlantis Venisa Liner y rebautizado “Atlantis V”. Revendido en 1980 a Sar River Shipping Corp. y rebautizado “Sir Scott”. En febrero de 1985 se hundió en las proximidades de Miami como arrecife artificial.
[13] Tres “bulkcarriers” llamados “Guardo”, “Manjoya” y “Milanos”; tres petroleros de transporte de crudo que recibieron los nombres de “Corta Atalaya”, “Cerro Colorado” y “Río Tinto” (éste último había sido cancelado por su armador original), dos “effluent ships” llamados “Nerva” y “Niebla”; “Deneb”, buque transporte de amoniaco comprado en 1980 a Fertiberia; y “José Luis Colás”, único buque transporte de cloro líquido construido en España, al servicio de Energía e Industrias Aragonesas.
[14] Constituida el 31 de octubre de 1989. Cros y UERT se fusionaron en Ercros y a comienzos de los años noventa la situación llevó a Ership a mantener una política de prudencia. Se habían construido dos barcos nuevos, “Cardona” y “La Rábida” y estaban en servicio los tres buques de la serie “Guardo”; la fusión con TAC aportó los buques “SAC Huelva”, “SAC Málaga” y “SAC Flix”, por lo que se procedió a una reducción de flota para adecuarla a las dimensiones del negocio. En 1994, como se indica, la suspensión de pagos de Ercros llevó al abandono del grupo de la división naviera, que desde entonces quedó bajo el control de las familias Alvargonzález y Zataraín.
[15] Ership International opera en 2013 los buques “Dominica” y “La Rábida”; y Cimship los buques “Souselas” y “Temara”.
[16] Caso de los buques “Aramo” y “Naranco”, que fueron sustituidos en 2005 por los buques “Covadonga” y “Narcea”.
[17] “La Nueva España”, edición del 7 de abril de 2013.
Nuestro especial agradecimiento a Romualdo Alvargonzález Figaredo y Alberto Mantilla Pérez.
Fotos: Familia Alvargonzález Figaredo, archivos de Teodoro Diedrich, Fernando Estrañí, Alberto Mantilla y Juan Carlos Díaz Lorenzo; Tim, Doug Shaw, Michael Segeth, Eduardo Fernández, Pilot Frans, Manuel Hernández Lafuente, Ken Smith (shipspotting.com) y Sergio Hernández de León