Conocimos a José Miguel Ramos Noda en un momento estelar para Ferry Gomera, cuando en 1980, inmersa la compañía hispano-noruega en el proceso de importación y abanderamiento del ferry “Bonanza”, que se convertiría en octubre de ese año en el segundo “Benchijigua”, el denominado Grupo Gomero, formado, además, por el “almirante” Adolfo Trujillo, Lorenzo Cabeza y Domingo León, presionaron lo suyo, dentro y fuera de La Gomera, para que el consejo de ministros presidido por Adolfo Suárez, autorizara el expediente de abanderamiento.
Eran los tiempos de Jesús Rebollo Álvarez-Amandi como gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife y su hermano Alejandro, secretario general de Transportes. Desde la cafetería “Orche”, en la esquina de la calle Méndez Núñez cercana al Gobierno Civil, el Grupo Gomero gestionó el envío de varios miles de telegramas de apoyo a la iniciativa de Ferry Gomera, para que el Gobierno autorizara excepcionalmente el abanderamiento de un buque que excedía lo estipulado en el REF de 1971, que con tanto ahínco e interés había defendido el inolvidable abogado tinerfeño Antonio Carballo Cotanda.
Ahora nos llega la triste noticia del fallecimiento de José Miguel Ramos Noda, un compatriota, como lo define el siempre buen y leal amigo José Manuel Pitti, en la hora de la despedida terrenal de quien fue un hombre generoso, siempre amable y cercano. A lo largo de su vida, el creador de Comercial Gomera navegó muy comprometido en las aguas del nacionalismo canario de tiempos pretéritos y presentes y compartió muchas vivencias en la lucha canaria y en la lucha por Canarias, siendo el primer presidente de la Federación Insular de La Gomera, que organizó históricas luchadas en su isla natal.
De sus viñedos en El Sauzal salía la producción del vino “Tagoror” y su bodega era punto de encuentro y de largas parrandas, que han dejado huella entre su legión de amigos.
Como bien apunta José Manuel Pitti, “más allá de lo credos políticos y siempre con profundo respeto a otras ideas”, mantuvimos durante años, muchos a decir verdad, una buena amistad. Defensor indeleble de la identidad canaria, con exaltado carácter en ocasiones, deja una huella imborrable entre sus amigos, que le han despedido con la bandera canaria y las siete estrellas verdes cubriendo su féretro.
Con José Miguel Ramos Noda prevaleció siempre la amistad y el respeto bien entendido, y con Lorenzo Cabeza compartimos ratos muy agradables e inolvidables en la entrañable isla de La Gomera, en el valle de Hermigua, cuando promovían y defendían con inusitado entusiasmo el túnel de Ipalán, que luego tomaría otros derroteros en la mejor comunicación terrestre que hoy disfruta el norte de la Isla Colombina.
Descanse en paz el amigo José Miguel Ramos Noda. Con él se va el último eslabón y protagonista de aquel abigarrado Grupo Gomero, que tanto hizo por su tierra, dentro y fuera de su isla. Todos ellos –Adolfo, Lorenzo, Domingo y José Miguel– merecen afecto y gratitud eterna.
Foto: José Manuel Pitti