Los pasajeros del vuelo Vueling VY 3246 Tenerife Norte-Santiago de Compostela se llevaron esta mañana la sorpresa de que su vuelo fue cancelado, después de permanecer una hora en sus asientos, ante una supuesta avería eléctrica de un avión Airbus A320. Pudiera ser que las humedades invernales de Los Rodeos hacen mella y el equipo técnico de mantenimiento fue incapaz de resolver la incidencia. El piloto al mando habló en tres ocasiones; en la segunda dijo que la avería estaba resuelta, pero no fue así y a la tercera fue la vencida y todos fuera. Hasta ahí es comprensible y a continuación comienza la insufrible “experiencia Vueling”.
Demostración palpable de la falta de previsión que tiene Vueling para estos casos en el aeropuerto Tenerife Norte y, en consecuencia, de cómo una contingencia que entra dentro de lo probable se traduce en un mal servicio. Una larga cola frente al mostrador de la oficina de ventas para atender a un centenar de pasajeros que se prolongó por espacio de algo más de tres horas. En el primer tercio del tiempo con una sola persona y el resto con dos, que hacían lo que podían, pese a que una de ellas se quejara de que estaba en pie desde las cinco de la mañana. Tanto ahorro en personal y tantas ganancias a costa del empleo tiene estas consecuencias.
Como a Vueling le importa poco el tiempo de los demás, después de una larga espera se les informa de que “la compañía” les ha adjudicado a su conveniencia la forma de llevarles hasta su destino. Para unos, la salida esta tarde Tenerife Norte-Barcelona, noche de hotel en la capital catalana y buena madrugada para volar a las siete de la mañana en el tramo Barcelona-Santiago. Para otros, Tenerife Norte-Barcelona mañana a las 07 h y por la tarde Barcelona-Santiago, con una escala en el aeropuerto catalán de unas siete horas o esperar hasta el próximo miércoles, en que hay vuelo directo. O la devolución del importe del billete. Y tan panchos.
Como la cola de tres horas fue insuficiente, a continuación procedía hacer otra cola en el mostrador número 13 del aeropuerto Tenerife Norte para obtener las tarjetas de embarque. Suerte que aquí los pasajeros se encontraron con profesionales de Iberia más implicados en tratar de resolver la situación, pues aunque estén acostumbrados a lidiar este tipo de situaciones, siempre les acaba desbordando, ya que coincide con la facturación de otros vuelos y tienen que redoblar esfuerzos en su capacidad de trabajo por el mismo salario.
De modo que los pasajeros que debían haber llegado hoy, en torno a las 13 h al aeropuerto de Santiago de Compostela, lo harán mañana, con suerte, gracias a “la experiencia Vueling”, unos a mediodía y otros por la noche. Todo ello si la humedad de Los Rodeos no afecta a los aviones de la aerolínea del grupo IAG que tutea a los pasajeros o si la meteorología que se espera en las próximas horas no se pone manifiestamente en contra.
Fotos: Pedro de la Fuente