Turku es una ciudad interesante, apacible y cargada de historia. Fundada en el siglo XIII, aunque es probable que hacia 1150 ya existiera un núcleo estable de intercambio comercial entre los habitantes del interior del país y los mercaderes navegantes, está situada en la costa suroeste de Finlandia y discurre a orillas del río Aura. De modo que en 2009 celebró el 780º aniversario de su nacimiento oficial, celebrando la fecha de cuando tomó asiento el obispado. Su nombre en sueco es Abo, que significa asentamiento ribereño, mientras que en finés se refiere a mercado.
Turku se había convertido en 1640 en la primera ciudad universitaria de Finlandia, afianzando a partir de entonces su preponderancia como ciudad cultural y eclesiástica. Fue la capital del país hasta 1809, en que después de la llamada Guerra de Finlandia, finalizó una larga etapa en la que había formado parte del reino de Suecia y comenzó otra bajo el dominio de los zares rusos. En dicho año el zar Alejandro I ordenó el traslado de la capitalidad a Helsinki, por motivos políticos, ante el recelo de la excesiva vinculación con el ámbito sueco.
En 1827 un gran incendio devastó la mayor parte de la ciudad. Al año siguiente se ordenó el traslado de la Academia a Helsinki y hasta 1840 siguió siendo la ciudad más poblada de Finlandia. En la actualidad tiene algo más de 180.000 habitantes y ocupa la sexta posición en el ranking de población del país. La región tiene poco más de 303.000 habitantes y el puerto de Turku es un importante nudo comercial por el que se mueven unos tres millones de pasajeros y mercancías hacia Estocolmo y Mariehamn.
Turku posee una riqueza arquitectónica civil y religiosa importante. En próximos artículos nos ocuparemos de edificios singulares, como la catedral o el castillo, por citar a algunos de los más importantes. En esta oportunidad vamos a referirnos a la Iglesia Ortodoxa, cuyo nombre oficial es Iglesia de la santa mártir emperatriz Alexandra, esposa de Diocleciano, que sufrió martirio el 23 de abril de 303.
Está situada en la esquina noreste de la Plaza del Mercado y es un edificio de estilo neoclásico proyectado por el arquitecto alemán Carl L. Engel, que cumplió fielmente el encargo recibido en enero de 1838 por el zar Nicolás I. Las obras comenzaron en 1839 y finalizaron en 1845. El coste final ascendió a 67.886 rublos y la consagración se celebró el 2 de septiembre del citado año. La mayor parte de los iconos que forman el iconostasio proceden del monasterio de Valaam.
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo