Habían transcurrido 17 años desde la fundación de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación, cuando en 1934 la flota se incrementó con la adquisición de dos unidades de segunda mano, que enarbolaron el pabellón patrio con los nombres de “Bolívar” y “Guayana”. Como hemos visto en el artículo dedicado al primero de ellos, ambos buques fueron comprados a la sociedad británica E.C.A. Clark, con sede en Londres, aunque todo parece indicar que se trató de una mera intermediación con la compañía sueca Stockholms Rederi AB Svea, bajo cuya contraseña navegaban con los nombres de “Fylgia” y “Edda”, respectivamente.
Era un barco típico de la época, de casco de cajas, remachado, con el puente descubierto, proa recta y popa de espejo. Construcción número 246 de los astilleros Nüschke & Co. A. G., en Stettin-Grabow (Pomerania occidental, actual Polonia), la puesta de quilla debió producirse en 1915, aunque los trabajos quedaron paralizados como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, de modo que no pudo ser entregado hasta 1921, cuando entró en servicio enarbolando bandera sueca.
De 1.236 toneladas brutas, 826 toneladas netas y 1.445 toneladas de peso muerto, medía 67,20 m de eslora total, 10,20 m de manga, 4,26 m de puntal y 3,90 m de calado. Estaba propulsado por una máquina alternativa de triple expansión Christiansen & Meyer –fabricada en 1916 en Harburg–, que tomaba vapor de dos calderas escocesas de llama en retorno y accionaba un eje y una hélice que le daba una velocidad de nueve nudos escasos, con buen tiempo. Cuando salió a navegar las calderas quemaban carbón, pero en 1930 fueron adaptadas para el consumo de fuel-oil.
En 1934, como se cita, los vapores “Fylgia” y “Edda” pasaron a manos de la sociedad británica E.C.A. Clark, de Londres y poco después a la propiedad de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación, siendo abanderados e inscritos en la matrícula naval de Maracaibo y La Guaira con los nuevos nombres de “Bolívar” y “Guayana”, respectivamente.
Ambos barcos pertenecen a la época inicial del desarrollo del cabotaje de altura del país, haciendo posible una parte del comercio de exportación e importación con los países ribereños y EE.UU., con las limitaciones que imponían sus características y otros condicionantes de la política de la época, pues cuando los dos vapores llegaron a Venezuela la dictadura del general Juan Vicente Gómez estaba en su última etapa.
Transcurrieron los años con la Segunda Guerra Mundial de por medio y a mediados de la década de los años cincuenta, el vapor “Guayana” cesó en su cometido y en febrero de 1956 arribó a Baltimore, donde sería desguazado, lo mismo que su gemelo “Bolívar”.
Bibliografía: Lloyd’s Register of Shipping, histarmar.com.ar y faktaomfartyg.se.