CEPSA había iniciado a finales de la década de los sesenta del siglo XX el transporte de productos aromáticos con la adaptación del buque-tanque «Bruch». Sin embargo, la evolución del sector petroquímico aconsejó la construcción de unidades especializadas, que permitiera atender la demanda en mejores condiciones y con una mayor capacidad, razón por la cual la Compañía Española de Petróleos tomó la decisión de construir para este fin dos buques gemelos, que pudieran alternar con el transporte de aceites y otros productos ligeros.
El contrato se firmó con Astilleros del Cantábrico y Riera, en Gijón, iniciando así una relación que se traduciría en la construcción de cuatro nuevos buques en apenas seis años. El primero de ellos, bautizado «Moncloa», construcción número 103 del citado astillero, resbaló por la grada el 7 de septiembre de 1971, ceremonia en la que actuó de madrina Maruchi Aranguren de Lliso, esposa del subdirector general de CEPSA, Juan Antonio Lliso Giner.
El 22 de octubre siguiente realizó las pruebas de mar, en las que alcanzó una velocidad máxima de 14,8 nudos a plena carga y se procedió a su entrega oficial. Al mando del capitán Jaime Alonso Verástegui –Jacinto Díaz Hernando asumió la jefatura máquinas–, el día 28 del citado mes entró en servicio, cargando por primera vez en la refinería de Algeciras.
CEPSA contaba entonces con una flota de 17 unidades de diversos tipos, que sumaban 229.359 TRB y 393.780 TPM. El segundo buque recibió el nombre de «Arapiles», siendo entregado en 1972 y la serie se completó con un tercer buque construido por encargo de Mobil Shipping Company Limited, llamado «Mobil Lubchem», en 1973.
De 1.976 toneladas brutas, 990 toneladas netas y 3.340 toneladas de peso muerto, medía 92,20 metros de eslora total -85,50 m de eslora entre perpendiculares-, 14 de manga, 6,30 de puntal y 5,63 de calado máximo. Capacidad: 3.604 metros cúbicos en 10 tanques con sus bombas correspondientes, lo que permitía igual número de productos segregados. Estaba propulsado por un motor Werkspoor TMABS 3910 –fabricado, bajo licencia, en la Fábrica San Carlos, en Cádiz–, con una potencia de 2.440 caballos y una velocidad de 14 nudos.
Durante su etapa en CEPSA, el petrolero «Moncloa» tuvo una vida marinera destacada. En marzo de 1973 acudió en auxilio del pesquero «Venezuela», con base en Lage, que había sufrido una avería cuando se encontraba faenando a la altura de Cabo Villano. Desde el petrolero «Moncloa» se le dio remolque, pero cuando ambos buques se encontraban cerca del puerto, el cabo se enredó la hélice del petrolero, por lo que tuvo que salir un remolcador con unos buzos que se ocuparon de desenredar el remolque.
El 28 de septiembre del citado año, la ciudad de Ceuta se despertó alarmada por las sirenas de los bomberos y la policía. Poco después del amanecer se habían producido tres fuertes explosiones en el muelle de La Puntilla. Al parecer, tres obreros penetraron en una de las galerías que almacenaban mangueras de suministro, para ocuparse de su mantenimiento y lo hicieron alumbrándose con una lámpara de butano, lo que provocó la explosión de los gases acumulados y la muerte instantánea de éstos.
El petrolero «Moncloa» se encontraba descargando gasolina, al pie de una grúa que a punto estuvo de caer sobre la cubierta. La explosión produjo un incendio en la manguera de descarga y en las estachas de amarre, siendo inmediatamente sofocado. Para evitar males mayores, se tomó la decisión de interrumpir las operaciones y abandonar el atraque, fondeando en la bahía.
El segundo incidente de importancia en la vida marinera del petrolero»Moncloa» se produjo el 24 de julio de 1981, cuando fue abordado por el buque español «Camino», propiedad de Compañía Trasatlántica Española. Encontrándose a una milla del petrolero «Moncloa», en el último momento cambió súbitamente de rumbo y metió todo el timón a estribor cortándole la proa a éste. No hubo tiempo para evitar el abordaje, si bien la maniobras de urgencia realizada desde el barco de CEPSA evitó una catástrofe segura.
La colisión entre los buques «Moncloa» y «Camino» se produjo en la parte superior del coronamiento de popa, cuando ambos buques llevaban poca arrancada avante. Las averías sufridas, de menor importancia y por encima de la línea de flotación, no suponían peligro alguno para la estabilidad y seguridad de ambos buques. Compañía Trasatlántica Española y CEPSA alcanzaron un acuerdo con la compañía aseguradora, Banco Vitalicio de Española, resolviendo que los dos buques eran culpables al 50 % y se repartieron la prima, evitando así la vista judicial.
En abril de 1988, cuando CEPSA decidió desprenderse de su flota, el buque «Moncloa» pasó a la propiedad de Mar Petrol y al año siguiente se rebautizó «Mar Cristina». Esta nueva etapa duró apenas unos meses, pues en ese mismo año se vendió a Reata Marine Co. Ltd. y, abanderado en Chipre, recibió el nuevo nombre de «Eleanna».
El 24 de agosto de 1994, en viaje de Cabinda a Luanda, se produjo una avería grave en el motor principal, cuya reparación se estimó inviable, por lo que fue declarado pérdida total constructiva. En marzo de 1997, según los reportes del Lloyd’s, continuaba todavía en Luanda y a partir de entonces le perdimos la pista.
Sin embargo, hace tiempo encontramos en internet unas fotos del buque «Panagia», varado en la playa de Baya do Dande, situada al norte de la capital de Angola. La imagen de Drien Setzkorn muestra su estado en 2009. Se trata, sin duda, del viejo «Moncloa», abandonado desde hace mucho tiempo, aunque todavía conserva su estructura e incluso puede apreciarse en el frontal del puente el logotipo de CEPSA.
Fotos: Diren Setzkorn y José Luis Díaz Campa