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Fallece el armador onubense Amador Suárez Villa

El armador onubense Amador Suárez Villa, presidente del Grupo Amasua-Krustagroup y de la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), falleció el pasado 5 de mayo víctima de coronavirus, después de 41 días en la UCI del hospital de San Sebastián. La noticia de su fallecimiento ha causado una especial conmoción, en especial en el sector pesquero, donde deja una huella importante.

Javier Garat, secretario general de CEPESCA, escribe que “si hay una palabra que define a Amador es la de haber sido un caballero, con mayúsculas. Un hombre que siempre se comportó con distinción, nobleza y generosidad. Una persona que llevaba la pesca en la sangre, en sus genes”.

Amador Suárez Villa inició su andadura como armador pesquero en la década de los años sesenta en Huelva, siguiendo los pasos de su padre, primero con barcos que faenaban en el golfo de Cádiz y después en Marruecos, Mauritania y Senegal. En su expansión internacional siguieron inversiones en Portugal, Reino Unido, Noruega, Camerún, Angola, Namibia, Mozambique, Argentina, Chile y Rusia.

En 1977 figura entre los cofundadores de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Congeladores de Pesca de Marisco (ANAMAR). Presidió durante bastantes años la Federación Española de Armadores de Buques de Pesca y en 2007 se convirtió en uno de los artífices de CEPESCA, cuya presidencia ostentaba hasta su fallecimiento. Es conocida, asimismo, su etapa como vicepresidente del Real Madrid, entre 2006 y 2009. Su hijo Elías Suárez Garmendia recoge el testigo que le deja su padre.

A Amador Suárez Villa le conocimos en 1983 en el puerto de Santa Cruz de Tenerife cuando compró el petrolero “Ciudad Rodrigo” –luego renombrado “Acuario Diez”–, para dar suministro de combustible a los pesqueros de su flota que faenaban en los caladeros de Angola y Mozambique. Volvimos a verle cuando adquirió el petrolero “Bruch”, también procedente de CEPSA y con la misma finalidad y por tercera vez cuando incorporó el petrolero “Campoazur” de CAMPSA, que luego se llamó “Amasua”.

Desde Vivero, el patrón José Pino recuerda su talante y el importante aporte que Amador Suárez Villa hizo a la construcción naval española con los sucesivos encargos de buques marisqueros en Astilleros de Huelva y Astilleros del Atlántico en la década de los años noventa, barcos marineros y eficaces, que faenan para ARBUMASA, una de sus empresas, cuya contraseña es la cruz blanca de Santiago, distintiva que sigue manteniendo en la actualidad.

Descanse en paz.

Foto: cedida

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