Facua-Consumidores en Acción ha presentado sendas denuncias ante los organismos competentes contra la decisión de Ryanair de cobrar a los pasajeros que lleven equipaje de mano en cabina, entre seis y diez euros por unidad y hasta diez kilos, a partir de noviembre próximo. Facua entiende que se trata de un abuso, perjudica a los consumidores, vulnera sus derechos e incumple las condiciones básicas del contrato de transporte aéreo.
La ley de Navegación Aérea establece que el transportista está obligado a transportar de forma gratuita en cabina, como equipaje de mano, los objetos y bultos que el viajero lleve consigo, y contempla como excepciones razones de seguridad, vinculadas al peso o al tamaño en relación con las características de la aeronave.
Al respecto, la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios recoge como cláusulas abusivas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y todas aquellas prácticas no consentidas expresamente que causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos que se deriven del contrato.
El asunto tiene su miga, pues el Ministerio de Fomento anunció esta semana que próximamente se reunirá con Ryanair para conocer su intención de cobrar por el equipaje de mano, y velar por el cumplimiento de la normativa, en una materia que está regulada, tanto a nivel europeo como nacional. Hemos de recordar que el ministro en primera persona llamó al orden a Ryanair, so pena de sanciones, ante su actitud de no aplicar el 75% de descuento a los residentes en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla.
Ryanair se justifica diciendo que ninguna aerolínea permite que sus pasajeros lleven todas sus maletas a la cabina del avión y agrega que la medida trata de agilizar el peso en cabina y minimizar retrasos en los vuelos.
No obstante, parece conveniente que se regule el tema del equipaje en cabina, donde se producen abusos por parte de los pasajeros, sobre todo en el tamaño de los bultos, a pesar del filtro de la facturación y la puerta de embarque. Es frecuente que en los módulos A320 y B737 los últimos pasajeros en embarcar vean cómo su maleta de mano va en bodega, lo cual favorece a unos y perjudica a otros.
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