Ensco ha sido un buen cliente del puerto de Santa Cruz de Tenerife

La próxima llegada de la plataforma de última generación “West Bollsta” al puerto de Santa Cruz de Tenerife, prevista para el 11 de septiembre, no es “el mayor proyecto de reparación naval que se haya realizado en el puerto de Santa Cruz”, como ha afirmado el presidente de la Autoridad Portuaria en declaraciones al periódico El Día publicadas el pasado 29 de agosto. Le ha contestado, con notable contundencia, la directora de Recursos Humanos de Tenerife Shipyards, Maria Name, a través de la Cadena Ser, que califica de “mentira mayúscula” la afirmación de Pedro Suárez.
Pensamos que el presidente de la Autoridad Portuaria no ha sido debidamente bien informado sobre este tema, pues el mayor proyecto ejecutado hasta ahora por Tenerife Shipyards –y, en consecuencia, en el puerto de Santa Cruz de Tenerife– corresponde al buque perforador “Ensco DS-7”, que tuvo una duración de 72 días y un presupuesto de siete millones de euros –frente al millón que va a generar la plataforma “West Bollsta”– y dio empleo a casi 550 personas
Ensco, que fue cliente preferencial en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, se ha ido al puerto de Las Palmas de Gran Canaria, donde en estos momentos hay 16 plataformas, todo un record en la historia del primer centro de reparaciones navales de esta zona del Atlántico, como ya lo tuvo en marzo pasado. De ellas, una parte están inactivas y en fondeo, pendiente de contratos y otras están atracadas en labores de mantenimiento y reparaciones.
De las declaraciones de Pedro Suárez –cuya continuidad en la presidencia de la Autoridad Portuaria tiene los días contados– se deduce que ya no le interesa Ensco, empresa con la que en el pasado nos consta que negoció su continuidad en el puerto tinerfeño, de forma que tuviese su base de operaciones en esta parte del Atlántico.
Con la excusa de que los buques perforadores de Ensco no generan ingresos por ejecución de proyectos de reparación naval, sin embargo, en su opinión “es preferible liberar ese espacio para que se ocupe por unidades que dejen beneficios a las empresas tinerfeñas, evitando así convertir el Dique del Este en un mero parking de plataformas. A corto plazo la partida de estas plataformas supone para nosotros una reducción en los ingresos por tasas portuarias, pero es una medida con la que acertadamente, creo, apostamos por consolidar las reparaciones navales».
En 2018, la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife facturó por la Tasa del Buque (T-1) 13,1 millones de euros, de los que 2,8 millones correspondieron al abono de las unidades de Ensco, es decir, el 21%. En 2017, el porcentaje de abono por dichas unidades sobre el total de la T1, que en ese año alcanzó los doce millones, fue del 27%, concretamente 3,2 millones de euros, según datos de la Autoridad Portuaria.
En 2014, cuando la Autoridad Portuaria tinerfeña se involucró en su afán para conseguir el crecimiento del sector de las reparaciones navales –entre otros esfuerzos gracias al trabajo del que fue su director, José Rafael Díaz Hernández y el director comercial, Airam Díaz Pastor–, hacía años que NUVASA había desaparecido. Después de NUVASA vino Astilleros de Tenerife, una empresa de capital surocoreano, que acabó hundida en un sonado episodio de dificultades hasta su desaparición, ocupando su espacio la ampliación de la terminal de contenedores.
Han sido, y son, las empresas de reparaciones navales y con ellas los acuerdos comerciales gestionados por las consignatarias especializadas en el sector, las que han conseguido atraer buques del sector off shore para actuaciones de mayor o menor entidad. Poco puede hacer la Autoridad Portuaria si no se dan las circunstancias propicias y una de ellas ha sido la existencia de talleres especializados y certificados para trabajar en esta actividad, pues tras la desaparición de Astilleros de Tenerife, sucesora de NUVASA, ha sido la carencia más importante.
El caso más relevante es el de Tenerife Shipyards, una empresa del Grupo Hidramar, que es la que realmente ha puesto a Tenerife en el mundo internacional del sector off shore. Mientras en Las Palmas de Gran Canaria celebran con júbilo el proyecto de ASTICAN de construir un dique seco para buques de 100.000 toneladas, la ampliación de las instalaciones de Zamakona, Hidramar y Hamilton y Cía., en Tenerife han dejado transcurrir un tiempo precioso para que Tenerife Shipyards traiga un dique flotante y genere actividad industrial todo el año, en torno a un millar de empleos y todo lo que ello implica y significa. ¿Qué intereses se esconden para poner tantas trabas a un proyecto de tanta importancia y beneficio para el puerto tinerfeño?.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo