El 16 de junio de 1995 era entregado a la Armada Española por Navantia, en el Arsenal de Ferrol, el Buque de Aprovisionamiento de Combate “Patiño” (A-14), el cual marcó el comienzo de una nueva época, ya que fue el primer buque en contar con una dotación totalmente profesional. A la vez se la dotó de unas capacidades de las que carecía hasta dicha fecha.
Estaba diseñado para suministrar combustible, agua potable, víveres, munición y repuestos a los diferentes buques que componen las escuadrillas o agrupaciones tanto españolas como de otros países pertenecientes a la OTAN o aquellos con los que España mantiene relaciones.
Fue el primer buque de la Armada dotado con cuatro estaciones de aprovisionamiento por el costado, una por la popa y capacidad para realizar aprovisionamiento vertical por medio de helicópteros.
Sus capacidades, su diseño y rendimiento en sus despliegues, dieron lugar a que años después se construyese un segundo buque mejorado y dotado de doble casco, el BAC “Cantabria”. A la vez y tras competir con otros diseños de astilleros internacionales, fue elegido por la Armada Australiana para dotarla de dos buques de características similares, llamados “Suply” y “Stalwart”.
El pasado 17 de septiembre de 2022, 27 años después de su entrega a la Armada, un grupo de unos cincuenta antiguos miembros de su tripulación de quilla encabezados por su antiguo comandante y hoy almirante Ángel Tafalla Balduz, se volvieron a reencontrar en una jornada de confraternización que comenzó a las diez de la mañana, donde fueron recibidos a bordo por el comandante de la 31ª Escuadrilla de Escoltas, capitán de navío Gonzalo Leira Neira (en la que en la actualidad se encuentran integrados los dos buques de aprovisionamiento de combate) y por su actual comandante capitán de fragata Francisco Díaz Rodríguez, pasando a continuación a la cubierta de vuelo del que fue un día su destino.
Tras las alocuciones de los mencionados anteriormente y del antiguo comandante en las que se recordó a compañeros fallecidos, y tras un pequeño ágape, comenzó una visita por el buque para recordar tiempos pasados, finalizando la visita sobre las doce de la mañana (el buque se hacía a la mar esa misma tarde para participar en la maniobras Mar-31). Para finalizar los asistentes se dirigieron al Gran Hotel de Ferrol donde compartieron un almuerzo en el cual recordaron anécdotas y vivencias ocurridas durante su estancia a bordo.
“Non venit ministrari, sed ministrare” (No vine a ser servido, sino a servir)


Fotos: cedidas
2 comentarios
Su estructura monocasco transgrede las normas básicas para la navegación en este tipo de buques . Un gemelo evolucionado del doblecasco Cantabria sería altamente aconsejable y deseable para nuestra Armada en sustitución de este .
Unha emotiva homenaxe, pero… Donde está a dotación de quilla do «Patiño» ?