Venezolana Internacional de Aviación (VIASA) fue una compañía aérea que está estrechamente unida a nuestra memoria. En ella viajamos por primera vez a Venezuela a bordo de un avión Douglas DC-10. Luego volvimos a hacerlo en varias ocasiones, incluso cuando llegaba a Londres. Hubo un tiempo, medido en años, en el que mantuvimos una relación intensa con la delegación de la aerolínea en Santa Cruz de Tenerife, dirigida por Juan Francisco Martín, persona muy dinámica y entrañable, a quien recordamos con gran afecto, lo mismo que a Omar Ferrebús, que fue durante varios años su delegado en España.
“En VIASA el tiempo pasa volando”, decía el eslogan publicitario más popular de la compañía. La línea directa Gran Canaria-Caracas y después Tenerife Sur-Caracas, fue un gran acierto. La fiabilidad técnica y el servicio a bordo tenían una gran calidad, en todos los aspectos. Y para viajar a Venezuela, VIASA era una opción magnífica. Luego vino la debacle. La compañía, que era estatal, fue privatizada y quedó bajo el control de Iberia, en una etapa en la que la compañía española creía que podía abarcarlo casi todo. En 1997 dejó de volar, 47 años después de que hubiera levantado el vuelo por primera vez.
Foto: Archivo de Juan Carlos Díaz Lorenzo