En merecido reconocimiento a Adolfo Serrano

Hace unos días el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Tarifa y en la persona de su responsable Adolfo Serrano, ha recibido un especial reconocimiento y homenaje patrocinado por el Ayuntamiento de Algeciras recibiendo de manos de su alcalde, José Ignacio Landaluce, la más que merecida distinción a tan dilatada labor en pro del salvamento de vidas a lo largo de la amplia zona del Estrecho que tiene bajo su responsabilidad. El alcalde Landaluce, tras pronunciar unas palabras de gratitud por la ingente labor que viene desarrollando el mencionado centro y en especial en los últimos años, le hizo entrega de la correspondiente placa de distinción.
El Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Tarifa comienza su andadura en 1987 como coordinador y vigilante del tráfico marítimo del Estrecho y en 1992 pasó a ser el primer centro de España dedicado al Salvamento Marítimo; posteriormente se irían creando nuevos puestos similares en torno a las costas españolas hasta completarse un total de veinte.
Si tenemos en cuenta que el tráfico anual de buques a través del Estrecho se eleva a la considerable cifra de 115.000 unidades, es fácil hacerse una idea de las enormes funciones y responsabilidades desarrolladas por el centro; pero si a lo anterior unimos el incesante tráfico de migración ilegal en toda la zona, que hasta el 2016 se estimó en unas dos mil personas anuales y que se ve considerablemente incrementado a partir del 2016, llegando a sobrepasar en el 2018 la difícilmente controlable cifra de 20.000 personas.
Para prestar tan estresante y responsable servicio, el Centro de Tarifa lo compone un equipo de 21 personas, todas ellas marinos, cuya dedicación y servicio solo lo pueden cumplir de forma ejemplar y más que envidiable, gente conocedora de la mar y sus peligros, y cuya experiencia y conocimientos se puede comprobar día a día.
Para cumplir tan abnegada misión cuentan con un equipo dispuesto y en permanente atención integrado por: tres remolcadores, un helicóptero, una patrullera y nueve embarcaciones “Salvamares” que cubren el área desde Almería hasta Huelva; todo ello bajo la dirección y supervisión de la Capitanía Marítima de Algeciras, que tiene bajo su responsabilidad la zona de más tráfico marítimo de España y un puerto, el de Algeciras, que además de lo comentado, ostenta el récord de la península en número de escalas de buques, toneladas movidas y número de pasajeros.
Siempre resulta muy satisfactorio recibir este tipo de noticias, especialmente cuando es un antiguo compañero y amigo quien ha sido objeto de un merecido homenaje por su buen hacer. Fue en el puerto de Bilbao cuando en noviembre del ya lejano año 1981, un jovencísimo Adolfo Serrano se presentara a bordo del buque “Guadalupe I” para cubrir plaza de tercer oficial; de capitán a bordo en aquella época se encontraba el maestro de alumnos y pilotos, José Ángel González Guisande, quien al igual que otros, fue un magnífico «prolongador» de la escuela que para muchos fue Compañía Trasatlántica. Como jefe de máquinas se encontraba quien les escribe.
En 1991 Adolfo pasaría a la organización en tierra de la Compañía, ejerciendo funciones en el departamento técnico en primer lugar en Madrid, para posteriormente pasar a la Delegación de Barcelona donde se ocuparía junto a Manel Brull –otro muy recordado y querido capitán–, al control y organización de la “joint venture” integrado por Trasatántica y aquellas también históricas compañías: Venezolana de Navegación y Grancolombiana.
En el año 1995 y tras la desaparición de “aquella” Trasatlántica, Alferdo ingresa en la Sociedad de Salvamento Marítimo. Fueron muchos los compañeros que al perder su puesto en Trasatlántica encontraron trabajo de forma inmediata y muchos al cargo de considerable responsabilidad como prácticos de puerto, directores en importantes navieras y compañías estibadoras, responsables de mantenimiento en importantes terminales marítimas y como el caso que nos ocupa hoy, directores Salvamento Marítimo en una de las zonas mas traficadas del mundo en el más amplio sentido de la palabra. Otro caso más y con mismo puesto en el puerto de Santander fue el caso del muy conocido y apreciado por todos, responsable del departamento de compras de La Compañía durante varios años, el respetado jefe de máquinas Carlos Monje.
Enhorabuena Adolfo, en nombre de todos los que tuvimos ocasión de disfrutar durante aquellas singladuras por el Atlántico Norte de tu buen hacer, prudencia y sentido de la modestia.




Fotos: cedidas