La foto corresponde a los últimos tiempos del gran aviador Rodolfo Bay al frente de Spantax y acompaña a una de las entrevistas que le hicieron al destacado personaje de la aviación comercial española, cuando la aerolínea estaba al borde de la quiebra. Carlos Salazar la ha rescatado de su cajón de los recuerdos y hemos querido cerrar 2018 evocando las dos ocasiones en las que tuvo la gentileza de recibirnos en su domicilio de Palma de Mallorca, situado frente al palacio de Marivent, con una amabilidad tan exquisita y emotiva que nos ha dejado un recuerdo imborrable.
En su dilatada y exitosa carrera profesional, Rodolfo Bay Wright (1910-2000) ejerció de piloto militar, piloto de pruebas de Construcciones Aeronáuticas (CASA), comandante de Iberia y de Spantax y entre sus aficiones destacaron las de corredor de coches y piloto deportivo. En 1952 participó en la Vuelta Aérea a España con un avión Airspeed AS.41 Oxford, con el que obtuvo el primer puesto en la clasificación.
En 1954 adquirió uno de los aviones Miles M-65 Gémini que había tenido CANA, aunque lo perdió poco después cuando intentó despegar de un campo no preparado en Guadalajara, en el que había aterrizado por avería. Luego, en junio de 1956 compró un avión De Havilland 98 Mosquito, con el que se soltó “a la brava” y lo utilizó como avión privado. Se trataba de un antiguo bombardero provisto de cabina presurizada que también fue empleado en festivales aéreos y para el transporte de langostas vivas en el pozo de las bombas desde Villa Cisneros a Palma de Mallorca.
La inquietud empresarial de Rodolfo Bay por el mundo de la aviación le llevó a la creación de la compañía Aero Taxis de España, S.A., Spanish Air Taxis (Spantax), constituida el 6 de octubre de 1959, empeño en el que contó con el apoyo de Marta Estades Sáez, que había sido azafata de Iberia. Pionera en el sector de los vuelos chárter en España, Spantax se convirtió, con el paso de los años, en la compañía aérea privada más importante del país.
Foto: archivo de Carlos Salazar