Recordamos con precisión cuándo conocimos a Antonio Plasencia Trujillo, entonces presidente del Cabildo Insular de La Gomera. Fue en su isla natal, en la villa de San Sebastián, con motivo de la visita que hiciera a la Isla Colombina el ex presidente de Venezuela, Rafael Caldera Rodríguez. Habíamos hecho el viaje desde el puerto de Los Cristianos a bordo del primer “Benchijigua” –capitán, Servando Peraza García–, en tiempos de aquel cónsul extraordinario que tuvo el país hermano en Canarias, llamado Jesús Enrique Márquez Moreno.
A partir de entonces, Antonio “Lito” Plasencia Trujillo y quien suscribe volvimos a vernos con frecuencia y, justo es decirlo, se forjó una amistad entre ambos que se ha mantenido hasta que el apreciado amigo nos ha dejado hace unos días. Nos cabe la satisfacción de haberle conocido, de haber mantenido largas charlas sobre una de nuestras grandes vocaciones –la mar, los barcos y la construcción naval– y de desgranar el rosario de los recuerdos en multitud de acontecimientos relevantes relacionados con La Gomera, como el propio ferry al que nos hemos referido y su innegable trascendencia.
Antonio amó a su Isla y siempre mostró gratitud hacia ella. Nació en 23 de agosto de 1931 en San Sebastián de La Gomera. Licenciado en Derecho, de su trayectoria política recordamos su etapa como miembro del órgano de gobierno y consejero de Trabajo de la Junta de Canarias. Después fue presidente del Cabildo Insular de la Gomera entre 1979 y 1986. Sobrevivió milagrosamente y con gravísimas heridas y secuelas al trágico incendio forestal de 1984. La ciencia médica y las ganas de vivir hicieron que pudiera recuperarse a lo largo de dieciséis meses en la Unidad de Quemados del hospital “Virgen del Rocío”, en Sevilla. Aquel triste suceso se saldó con una veintena de muertos, entre ellos el entonces gobernador civil de la provincia, Francisco Afonso Carrillo, siempre bien recordado en la memoria colectiva.
En agosto de 1986, Antonio Plasencia dimitió de su cargo en la presidencia del Cabildo gomero y se presentó a las elecciones como cabeza de lista de las AIC, pero no consiguió escaño. Comenzó entonces la etapa de mayoría socialista, que se mantiene en la actualidad. No por ello dejó de vivir de cerca el pulso de su tierra, de la que fue un hombre apasionado y congruente y muchas veces coincidimos a la sombra de los laureles de la Plaza de los Descubridores de la villa, siempre con su gesto educado y respetuoso.
Recordamos felicitarle cuando en 2013 recibió un homenaje en el que el Cabildo Insular de La Gomera reconoció a los presidentes que han formado parte de la Institución. Entre ellos estaban también José Bencomo Mendoza (1976-1977) y la viuda de Domingo Mendoza (1940-1956). Casimiro Curbelo, actual presidente de la primera Corporación, destacó la trayectoria personal y política de ambos y desde entonces están situados los retratos de los 25 presidentes realizados por la artista gomera Carmen Cabrera, entre ellos el suyo.
Descanse en paz el admirado amigo, que sufrió mucho en vida y no por ello le vimos flaquear en su fortaleza espiritual. Hace poco más de un año, el 19 de abril de 2015, se nos fue un gomero digno –le recordamos entonces y volvemos a hacerlo ahora– y, en lo personal, un amigo entrañable que amó a su tierra natal y también a La Palma, casi por igual. Pues de su matrimonio con Carmen Rosa Arozena, arraigó su conocimiento e interés por la historia de la familia de su esposa, que fueron destacados protagonistas de la construcción naval insular en el siglo XIX y comienzos del siglo XX. Su cuñado Antonio, amigo y colega entrañable de días felices, es fiel testigo de cuanto decimos.
Foto: Familia Plasencia Arozena