Los años compartidos, más de cuarenta, nos hacen evocar un sentimiento de gratitud y afecto para la memoria fértil de Vicente Capote Cabrera (Santa Cruz de La Palma, 1936-2023), a quien conocimos en su farmacia situada al final de la calle Real y tratamos especialmente en su etapa de consejero de Cultura del Cabildo Insular de La Palma, en una época de una gran proyección y actividad, ajena a cualquier sectarismo, en la que puso en valor el legado y la larga tradición cultural de la Isla amada.
Paradigma de su generación, caballero con mayúsculas, siempre atento y de buenas maneras, Vicente Capote era una persona sencillamente entrañable. Anchurosamente humano, generoso, respetuoso y considerado, fue un hombre de una vasta cultura. Sabía mucho de farmacia y sabía mucho de muchas cosas e hizo honor, sin él pretenderlo, a la larga lista de palmeros ilustres que en la segunda mitad del siglo XX enarbolaron la bandera del conocimiento como la mejor forma de ser mejores personas, más capaces y siempre entregadas al bien común de La Palma.
Vicente Capote nació el 31 de octubre de 1936 en Santa Cruz de La Palma y en 1963 –siguiendo la tradición familiar de su padre, Vicente Capote Herrera–, se licenció en Farmacia en la Universidad de Madrid, donde también cursó la especialidad de Análisis Clínicos. Por espacio de dos años trabajó en el Hospital de la Cruz Roja de Madrid y completa su formación con la Diplomatura de Sanidad, tras lo cual en 1966 se establece definitivamente en Santa Cruz de La Palma primero como analista de la Seguridad Social, luego en el laboratorio del Hospital de Nuestra Señora de las Nieves y, por último, en el Hospital General de La Palma. Etapa en la que, a partir de diciembre de 1969, presidió la Asamblea Insular de la Cruz Roja en Santa Cruz de La Palma.
Entre 1988 y 1997, Vicente Capote tuvo una intensa actividad política en el Cabildo Insular de La Palma, como consejero de Cultura y otros cargos de responsabilidad, caso del Consejo Social de la Universidad de La Palma y la Mancomunidad de Cabildos. Vicente sentía un interés especial por el patrimonio histórico artístico insular y en su afán de preservación recordamos la declaración de Bien de Interés Cultural, en 1996, de la ermita de Las Manchas; la apertura de la Biblioteca Insular José Pérez Vidal y diversas publicaciones de gran interés, entre ellas los tomos II y III de las “Noticias para la Historia de La Palma”, de Juan B. Lorenzo Rodríguez.
En el plano familiar, Vicente Capote Cabrera y María Luisa Alcocer Pérez, también farmacéutica, formaron familia y de su unión nació su único hijo, Ignacio, que se nos fue demasiado pronto y todavía hoy nos duele y nos cuesta creer tan injusto designio.
Siempre fiel y leal a sus principios, Vicente Capote tuvo mucho que ver con la concesión de la Medalla de Oro de La Palma al buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano” y el nombramiento de Hijo Predilecto de La Palma del almirante Amancio Rodríguez Castaños. Todo lo cual, entre otras consideraciones, tuvo su merecido reconocimiento con la imposición de la Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco en una ceremonia celebrada en el Arsenal de Las Palmas.
Con Vicente Capote conversamos muchas veces, mantuvimos siempre una relación cordial y respetuosa y en la hora del adiós al admirado amigo y paisano, solo tenemos palabras de gratitud y reconocimiento para su persona y su memoria, fruto del largo tiempo medido en años en que compartimos afecto, anhelos y empatía en esta vida terrenal.
Descanse en paz.
Foto: cedida