A la historia inicial de Construcciones Aeronáuticas (CASA), en su factoría de Getafe, corresponde la producción del avión monomotor y biplaza CASA III, del que se fabricaron nueve unidades. Diseñado en origen como monoplano bombardero ligero para la Aeronáutica Naval de la Armada, debido a sus muy escasas prestaciones, fueron utilizados como aviones turísticos –entonces estaba de moda lo de los “bautismos de aire” – y luego fueron entrenadores en la Escuela Aérea Naval de Pollensa, aunque alguno de ellos también estuvo en San Javier, como señala el maestro Juan Arráez.
El primer prototipo matrícula M-CAGG realizó su primer vuelo el 2 de julio de 1929, propulsado por un motor de pistón Cirrus III, de 90 caballos. Fernando Llorente apunta que Carlos de Haya fue el primer piloto que voló este avión. Participó en una carrera aérea entre Madrid y Burgos y el 23 de diciembre de 1929 aterrizó por primera vez en los terrenos del aeródromo de Gando, en Gran Canaria, pilotado por Ernesto Navarro, que despegó de Madrid y realizó escalas en Sevilla, Casablanca y Cabo Juby. El día de Navidad, Navarro aterrizó en Tenerife y dos días después volvió a Gando antes de emprender el viaje de regreso a la península.
En el segundo CASA III se instaló un motor Isotta Fraschini Asso 80, de 100 caballos, pero no obtuvo el resultado que se esperaba. En cada uno de los aviones se instalaron motores diferentes y entre ellos figuran los motores De Havilland Gipsy III y Elizalde A.6.
En 1930, tres aviones CASA III participaron en el Aerial Tour of Europe de aquel año, aunque con suerte desigual. Durante la guerra civil, los restantes CASA III volaron al servicio de la República, aunque ninguno sobrevivió a la contienda.
Fotos: colección de Santiago Guillén y archivo de Juan Arráez Cerdá