Convertido en foco de atención mediática mundial, la erupción repentina del volcán Whakaari se ha cobrado al menos cinco muertos –que es posible que se eleven a trece, pues hay ocho desaparecidos y es poco probable que hayan sobrevivido– y una treintena de quemados y de ellos una veintena graves. La Policía de Nueva Zelanda informa de que abrirá una investigación para determinar responsabilidades, quizás de tipo penal, aunque quizás aún es pronto para esa determinación.
Desde el Ministerio de Salud de Nueva Zelanda se advierte de que es posible que no todos los heridos graves puedan sobrevivir, ya que tienen quemaduras de pronóstico reservado. Mientras tanto, las autoridades y los técnicos geólogos estudian cómo volver a la isla para recuperar los presumibles ocho cadáveres de los turistas dados por desaparecidos. Las autoridades afirman, al respecto, que “no podemos decir al cien por cien que todos estén muertos, pero hay altas probabilidades de que no quede nadie en la isla con vida”.
Foto: Auckland Rescue Helicopter TRU