Cuando la familia Martínez de Pinillos cerró la etapa trasatlántica, Miguel Martínez de Pinillos y Sáenz, hijo de Antonio Martínez de Pinillos Izquierdo, fundó en 1923 en su ciudad natal, Cádiz, una nueva empresa denominada Líneas Pinillos, a la que incorporó una flota de barcos de altura para atender líneas regulares y tráfico tramp, con la que se introdujo en servicios nacionales y la exportación frutera con destino a Inglaterra y retorno con carbón.
Entre 1924 y 1928 incorporó seis barcos, dos de nueva construcción y cuatro de segunda mano, que recibieron los nombres de “Ibero”, “Vasco”, “Celta”, “Ario”, “Duero” y “Río Arillo”, este último al servicio de Salinera Gaditana. Todos ellos tenían máquina de vapor, pero el naviero gaditano había comprendido que se imponía el motor diésel como medio de propulsión y así se decidió cuando llegó el momento de contratar la construcción de los buques fruteros “Ebro”, “Sil”, “Turia” y “Darro”, construidos entre 1924 y 1928 en Euskalduna.
El segundo de los nuevos vapores de Líneas Pinillos recibió el nombre de “Vasco”. Construcción número 373 del astillero Robert Duncan & Co., en Port Glasgow, factoría East Yard, resbaló por la grada el 26 de mayo de 1926. Debido a lo avanzado de su construcción, entró en servicio al mes siguiente y tras su abanderamiento en España, causó alta en la matrícula naval de Cádiz.
De 1.193 toneladas brutas, 725 toneladas netas y 1.970 toneladas de peso muerto, medía 67,65 m de eslora total, 10,62 m de manga, 4,79 m de puntal y 4,27 m de calado. Estaba propulsado por una máquina alternativa de triple expansión –fabricada en los talleres de la firma David Rowan–, con una potencia de 729 caballos, que le permitía mantener una velocidad de nueve nudos.
Este buque alternó en el tráfico frutero y de cabotaje de altura hasta la entrega de las cuatro motonaves construidas en Euskalduna, a las que hemos hecho referencia. Después pasó al tráfico de graneles –fosfatos, manganeso y cemento, principalmente– y carga general.[1]
Casi tres meses después de iniciada la guerra civil, el Gobierno de la República ordenó el 15 de octubre de 1936 la incautación de los buques “Duero” y “Vasco”, siendo desplazados al Cantábrico y rebautizados ”Urbi” y “Garbi”. A instancias de su propietario, que se había sumado al Alzamiento militar, consiguió que nuestro protagonista fuera retenido por el gobierno de Holanda en el puerto de Flushing, aunque no sería devuelto hasta el final de la guerra y entregado en el puerto de Sunderland.[2]
En 1940 pasó a formar parte de la Compañía Marítima Frutera y en 1954 se incorporó a la flota de Naviera Pinillos, sucesora de la anterior. En 1966 se vendió al armador vasco José Guezuraga Urízar, cuya contraseña enarboló sin cambiar de nombre, aunque pasó a la matrícula naval de Bilbao y en enero de 1969 causó baja para desguace después de cuarenta años de vida marinera.
Notas:
[1] Díaz Lorenzo, Juan Carlos (1991). “Naviera Pinillos 1840-1990. 150 años de historia marinera”. p. 99. Santa Cruz de Tenerife.
[2] González Echegaray, Rafael (1977). “La Marina Mercante y el tráfico marítimo en la guerra civil”. p. 148. Editorial San Martín. Madrid.
Foto: archivo de Juan Carlos Díaz Lorenzo