La línea de América del Sur que atendía Ybarra y Cía. desde la Segunda República, interrumpida durante la guerra civil y atendida provisionalmente por Compañía Trasmediterránea entre 1939 y 1941, tenía una especial importancia política y generaba demanda en la década de los años cincuenta del siglo XX. Por ello se precisaba de barcos más modernos y atractivos para hacer frente en mejores condiciones a la competencia de otras navieras, especialmente británicas e italianas, que tenían derecho de escala en algunos puertos españoles.
Ybarra, después de superar numerosas dificultades –y entre ellas las presiones del todopoderoso presidente del INI, Juan Antonio Suanzes, para que la naviera sevilla aceptara la propuesta del tipo E de los Planes de Nuevas Construcciones de la Empresa Nacional Elcano de la Marina Mercante–, contrató el 5 de octubre de 1951 con el astillero de la Sociedad Española de Construcción Naval la construcción de dos trasatlánticos, que serían los mayores buques de su clase construidos en España después de la guerra civil.
Recibieron los nombres de “Cabo San Roque” y “Cabo San Vicente” y entraron en servicio en agosto de 1957 y junio de 1959. Ello permitiría la retirada de los veteranos trasatlánticos “Cabo de Hornos”, “Cabo de Buena Esperanza” y “Juan de Garay”, este último abanderado en Argentina. Los tres estaban entonces muy desgastados y se encontraban al límite de su vida útil, siendo especialmente notables las averías en el caso del tercero.
El 23 de abril de 1955 resbaló por la grada del astillero de La Naval en Sestao el casco de la construcción número 75, bautizado con el nombre de “Cabo San Roque”. En agosto de 1957 –capitán, Victoriano Losada– realizó las pruebas de mar en aguas del Cantábrico en las que alcanzó una velocidad máxima de 21,9 nudos y el día 7 del citado mes se realizó su presentación fondeado frente a Guetaria, ocasión que contó con la asistencia del jefe del Estado. Luego atracó en Santurce, donde el día 10 comenzó su primer viaje en forma de crucero de turismo con escalas Vigo, Lisboa, Cádiz, Tánger, Ceuta y Barcelona, a donde arribó el día 15 del citado mes. El viaje continuaría después por Baleares y por último llegaría a Génova, puerto de cabecera de la línea del Atlántico Sur, en la que se estrenaría con escalas en Marsella, Barcelona, Algeciras, Cádiz, Lisboa y Santa Cruz de Tenerife –a donde arribó en su primera escala el 11 de septiembre–, desde donde cruzaba en demanda de Río de Janeiro, Santos, Montevideo y Buenos Aires.
Además de los viajes de línea regular y cruceros de turismo, ambos trasatlánticos hicieron otros viajes especiales. Entre mayo y junio de 1960, el buque “Cabo San Roque” colaboró con el Giro de Italia y embarcó en Génova a los ciclistas, equipos de apoyo y periodistas deportivos llevándolos a Cerdeña y Sicilia. El 8 de marzo de 1961 arribó al puerto de Valencia con un millar de pasajeros embarcados en Buenos Aires, Montevideo y puertos del Brasil, para asistir a las Fallas de aquel año. El 25 de agosto de 1964 recaló en Santa Cruz de Tenerife con los participantes del XX Congreso Nacional de Odontología y Estomatología, en su III Crucero del Atlántico, con 250 pasajeros que realizaban el viaje entre Barcelona, Cádiz, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria y Funchal.
Entre sus muchos cruceros de turismo destacan especialmente los realizados a la Antártida, en los que alcanzó puntos remotos como las islas Shetland del Sur, isla Smith y el estrecho de Bismarck, así como las bases antárticas argentinas Almirante Brown y Esperanza. En 1973 viajó por el Mediterráneo oriental, norte de África y Canarias, así como una peregrinación a Tierra Santa, en mayo del citado año.
El 24 de enero de 1977, cuando el buque “Cabo San Roque” se encontraba en Ferrol, se declaró un incendio que causó daños importantes. El 1 de abril siguiente se vendió a Growth Maritime Investments Ltd., siendo renombrado “Golden Moon”, abanderado en Chipre y remolcado a El Pireo, donde sería reconstruido.
En 1978, revendido al Gobierno de Cuba, enarboló la contraseña del machete en la mano de la Empresa de Navegación Mambisa, siendo renombrado “África-Cuba”. La tripulación, bajo el mando del capitán Augusto A. Juarrero Gutiérrez, se hizo cargo del buque en el puerto de El Pireo y después de una varada en dique seco, zarpó en demanda de Ámsterdam (Holanda) con una escala en Ceuta para tomar combustible, con la finalidad de completar reparaciones en el astillero ADM. Luego se hizo a la mar en demanda del puerto de Assab, donde embarcó a unos 1.200 niños etíopes para su traslado a Cuba. En el viaje trasatlántico hizo escalas en Adén y Las Palmas de Gran Canaria y el 8 de julio de 1978 arribó a La Habana, en medio de una gran expectación. Después quedó amarrado en el puerto de El Mariel, sin que tengamos noticias de que hubiera realizado otors viajes y el 26 de julio de 1982 arribó remolcado al puerto de Barcelona, donde sería desguazado a manos del personal de Servicios de Desguace.
De 14.491 toneladas brutas, 8.268 toneladas netas y 7.542 toneladas de peso muerto, medía 165,83 m de eslora total –155 m de eslora entre perpendiculares–, 21,10 m de manga, 13,59 m de puntal y 9,18 m de calado máximo. Tenía cinco bodegas, una de ellas frigorífica para la importación de productos cárnicos de Argentina. Estaba propulsado por dos motores Sulzer 10 SD con una potencia de 14.600 caballos sobre ejes independientes, que le permitía mantener una velocidad de sostenida de 20 nudos. Código IMO 5056937.
Disponía de acomodación para 827 pasajeros, de ellos 241 pasajeros en “cabin class” y 586 en clase turista, así como 249 tripulantes. El diseño de los interiores estuvo a cargo del estudio del diseñador italiano Gustavo Pulitzer. Esta configuración sería alterada posteriormente para aumentar la capacidad de la segunda categoría, a medida que se amplió la programación de los cruceros de turismo, faceta muy destacada en la historia de Ybarra y Cía. y, en especial, de los buques “Cabo San Roque” y “Cabo San Vicente”, así como del buque “Cabo Izarra”, en el último tercio de la década de los años sesenta.

Bibliografía:
Díaz Lorenzo, Juan Carlos (1992). Los trasatlánticos de la emigración 1947-1974. Líneas regulares, pp. 136-137 y 142-144. Viceconsejería de Cultura y Deportes. Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tenerife.
Fotos: archivo de Juan Carlos Díaz Lorenzo y Clive Harvey (shipspotting.com)