Aunque el buque “Sierra María” estaba llamado a ser el primero de Marítima del Norte, su gemelo “Sierra Madre” se adelantó unos días en la entrega y por eso figura en los anales de esta naviera como el primero que enarboló su contraseña en noviembre de 1958. Lo dice el investigador Manuel Rodríguez Aguilar en su excelente libro sobre esta compañía publicado en 2018.
Proyectado por SENER y construido con ayuda de la ley de 1956, tomó forma en el astillero Corcho e Hijos, en Santader, de cuya factoría era la construcción número 73. Era el segundo buque de la denominada serie M, amadrinado el día de su botadura por María Cruz Gomendio y para el mando se designó al capitán José Ibargurengoitia, plenziano, como su primo hermano Pedro Ibargurengoitia, que asumió el mando del buque gemelo “Sierra María”.
Entre 1962 y 1965 ambos buques navegaron en una línea regular entre España y Cuba, fletados por CILASA. En 1973 fueron adaptados como minigraneleros para su empleo en tráficos nacionales y de graneles con Marruecos, razón por la cual les sería suprimida la arboladura y modificadas las bodegas para su nuevo cometido.
El 23 de abril de 1976, y debido a un corrimiento de la carga de mineral de hierro cuando navegaba a unas siete millas frente a Santander, en viaje de Bilbao a Avilés, naufragó y perdieron la vida cuatro tripulantes y la mujer de uno de ellos: Ramón Ortega Vaqueriza (primer oficial), Manuel Mayo Pama (segundo oficial), Amadeo Díez Fernández (calderetero), Marcelo Mendiola Loroño (cocinero) y Brígida Fajardo Lojo (esposa del cocinero).
Desde el puerto de Santander salieron en su auxilio los remolcadores “Esguín” y “Azacán”, las motoras “Esturión” y “Patita” y los buques de carga “Leo” y “Duque del Infantado”, que rescataron a nueve supervivientes y cuatro cadáveres. Un quinto se dio por desaparecido.
De 996 toneladas brutas, 546 toneladas netas y 1.820 toneladas de peso muerto, medía 78,50 m de eslora total, 11,30 m de manga, 7 m de puntal y 4,73 m de calado. Estaba propulsado por un motor Werskpoor TMABS 398, de 1.700 caballos de potencia, que le permitía mantener una velocidad de 13,3 nudos. Disponía de dos bodegas con entrepuentes y hasta la reforma de 1973 tenía puntales y una pluma real para mover cargas de 12 toneladas.
Bibliografía:
Rodríguez Aguilar, Manuel (2018). Historia de la naviera Marítima del Norte 1957-2008, pp. 26 y 30. Plimsoll Ediciones Náuticas, Santander.
Foto: Teodoro Diedrich vía Alberto Mantilla Pérez