La flota pesquera de altura, al igual que la Marina mercante, afronta una situación complicada en cuanto a los relevos de las tripulaciones se refiere, dadas las dificultades que impone la situación actual derivada de la crisis sanitaria del coronavirus, con el cierre de fronteras, cancelaciones de vuelos y otras restricciones, mientras se aplican medidas para frenar la propagación de la pandemia, implementando las recomendaciones de las autoridades de Sanidad y Pesca.
La flota está llegando a una situación límite, según informa la patronal gallega OPROMAR que agrupa a la mayoría de los barcos con base en Galicia y que faenan en aguas comunitarias mediante acuerdos suscritos con la UE y terceros países, caso de Mauritania y Marruecos y en las denominadas áreas reguladas. Es previsible el alargamiento de los períodos de embarque, a la espera de que se autorice un procedimiento que permita los traslados con las máximas garantías.
Una parte de la flota está amarrando a la espera de acontecimientos, pues además de las dificultades para el relevo de tripulaciones y los desplazamientos de los técnicos de mantenimiento, se agrega la obligación de almacenar la producción ante la caída de la demanda.
A ello se suma las reducciones de escalas de los buques de transporte para el abastecimiento de los mercados, por lo que varias entidades sectoriales, entre ellas la patronal europea Europêche, hayan solicitado “incluir esta excepcionalidad en las paradas temporales, por razones directas (afectados y cuarentenas) e indirectas (comercialización del producto) relacionadas con el coronavirus”, informa la edición digital de La Voz de Galicia.
Foto: cedida