El puerto de Málaga, al igual que los de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, se ha convertido en punto de encuentro de varios buques de la industria turística a órdenes, unas veces fondeados y en otras atracados, teniendo como denominador común los efectos de la pandemia sanitaria y financiera del coronavirus.
Y es que, aunque progresivamente se va recuperando la actividad, todavía queda un número importante de buques inactivos, circunstancia que las compañías han aprovechado para hacer reparaciones y renovaciones de interiores. En el caso de los buques más viejos, cuyo atractivo había quedado atrás, el desguace o la venta a terceros ha sido el denominador común.
En el caso del puerto de Málaga y en circunstancias muy diferentes, como apunta el veterano periodista malacitano Juan Carlos Cilveti, han coincidido en paradas técnicas los buques “Coral Princess”, que llegó después de realizar reparaciones en Navantia Cádiz; “Marella Discovery 2”, que permanecerá hasta comienzos de abril y “Seabourn Encore”, permaneciendo este último desde el 27 de diciembre hasta el pasado 10 de febrero.
Sucede que la Autoridad Portuaria de Málaga da facilidades para el fondeo o el atraque y Málaga tiene, además, el atractivo de las múltiples conexiones que ofrece el aeropuerto, tanto para el movimiento de tripulaciones como embarque y/o desembarque de pasajeros.
Fotos: José Julián Pérez Matéu
1 comentario
A ver si las navieras se decantan por más puertos de inicio/fin de cruceros, que no está Barcelona para ir a coger cruceros