A la historia de la flota de CEPSA perteneció el petrolero “Alcolea”, que enarboló su contraseña por espacio de cuatro años, entre 1969 y 1973. Este buque fue comprado de segunda mano a Transportes de Petróleos, una de las navieras del Grupo Pereda, de Santander, en la que se había estrenado en 1960 con el nombre de “Río Cubas”.
De la matrícula naval de Santander pasó a su homónima de Santa Cruz de Tenerife, momento que recordamos haber presenciado con el barco atracado en el muelle sur, tanto el cambio de nombre como el puerto de matrícula y la contraseña en la chimenea, que entonces era la bandera de Tenerife con aspas cruzadas y la letra P en círculo rojo.
Construcción número 092 del astillero de la Sociedad Española de Construcción Naval en Matagorda, Cádiz, el 16 de enero de 1960 resbaló por la grada con el ceremonial acostumbrado y entró en servicio en septiembre del citado año. Era repetición del proyecto del tipo T, aunque ajeno al Plan de Nuevas Construcciones de la Empresa Nacional Elcano, lo mismo que el petrolero “María de los Dolores”.
De 13.018 toneladas brutas y 19.504 toneladas de peso muerto, medía 172,20 m de eslora total –161,60 m de eslora entre perpendiculares–, 21,80 de manga, 11,90 m de puntal y estaba propulsado por un motor diésel Burmeister & Wain de 8.750 caballos sobre un eje que le permitía mantener una velocidad de 14,5 nudos.
Este buque un buque circunstancial en la historia de CEPSA, adquirido para mantener la capacidad de transporte en un momento determinado, debido a los contratos firmados para transporte de fuel y gasoil, aunque también hizo viajes con crudo. De modo que en 1973, innecesario para sus necesidades, el petrolero “Alcolea” se vendió a la sociedad liberiana Vall Tankships Ltd., pasando a llamarse “Vall Star” hasta su desguace en julio de 1977 en Kaohsiung, Taiwán.
Foto: Teodoro Diedrich vía Alberto Mantilla