En marzo de 2011, a remolque del remolcador español “Zumaia Tercero” zarparon del arsenal de Cartagena los patrulleros “Anaga” y “Alcanada” y el 1 de abril siguiente arribaron a Santander, tras un viaje de 1.073 millas. A su llegada a la bahía santanderina se hicieron cargo los remolcadores “Vehintitrés” y “El Panínsula”, para atracarlos al muelle de Recuperaciones Siderúrgicas y Navales, donde posteriormente se procedió a su desmantelamiento.
El patrullero “Anaga” era el primero de la serie de su mismo nombre, formada por diez buques diseñados para la vigilancia de costas, pesca y salvamento, que recibieron nombres de islotes de la geografía nacional. El proyecto fue realizado por la Dirección de Construcciones Navales Militares y todos ellos fueron construidos en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán en San Fernando (Cádiz), tras la firma el 22 de julio de 1978 del contrato correspondiente.
Los diez buques, nombrados “Anaga”, “Tagomago”, “Marola”, “Mouro”, “Grosa”, “Medas”, “Izaro”, “Tabarca”, “Deva” y “Bergantín”, entraron en servicio entre 1980 y 1982 y son conocidos como “los tacañones”, debido a las limitaciones presupuestarias del momento y a la antigüedad de la artillería que se les montó y que mantuvieron durante toda su vida marinera.
Por lo que se refiere al patrullero “Anaga”, botado el 14 de febrero de 1980, se entregó el 14 de octubre del citado año con el numeral PVZ-21, que cambió posteriormente a P-21 y causó baja el 11 de junio de 2010. La mayor parte de su vida operativa transcurrió en Canarias, con base en el arsenal de Las Palmas de Gran Canaria y a partir de 1993 pasó al Mediterráneo.
Puesto que todavía quedan tres en servicio, diremos que se trata de buques de casco de acero, superestructura de aluminio y muy balanceros, aunque robustos y proyectados para realizar con las máximas garantías las misiones asignadas, así como auxilio a pesqueros y barcos mercantes, teniendo incluso capacidad para efectuar maniobras de remolque.
De 290 toneladas estándar y 350 toneladas de desplazamiento, miden 44,26 m de eslora total, 6,60 m de manga, 3,65 m de puntal y 2,45 m de calado máximo. m de calado máximo. Están propulsados por un motor Bazán-MTU 16V956 SB90 de 4.500 caballos de potencia sobre un eje y una hélice de paso controlable, que le permite mantener una velocidad de 13 nudos y una autonomía de 3.735 millas a velocidad económica de 10 nudos o doce días, debido a la limitación en el almacenamiento de víveres y combustible. Disponen de un radar de navegación Selesmar Raytheon R-73 y otro Sperry Marine Visionmaster.
Para su armamento se utilizaron cañones Mk 22 de 76 mm procedentes de otros barcos de construcción norteamericana que habían estado al servicio de la Armada, en lugar de los cañones Oto-Melara del mismo calibre que se montaron en los patrulleros de la clase “Lazaga”, lo cual, unido a la falta de una adecuada dirección de tiro, hizo que su potencia de fuego fuera muy escasa. Instalan, además, un cañón Oerlikon 5TG de 20 mm y la dotación está formada por 25 personas.
Foto: Armada
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Dan más risa que respeto.